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Las universidades catalanas, con los refugiados

ACUP
La Asociación Catalana de Universidades Públicas (ACUP) ha hecho público el comunicado "Las universidades catalanas, con los refugiados", con el que las instituciones de educación superior expresan su compromiso para dar conjuntamente apoyo a las personas refugiadas.

13/10/2015

A finales de 2014, más de 60 millones de personas en todo el mundo se habían tenido que desplazarse de sus hogares a causa de conflictos bélicos o persecuciones por su condición de género, raza o religión, según el informe ACNUR 'World at War. Global Trends. Forced displacement in 2014'.

Las causas son múltiples pero la amenaza de la violencia es un punto en común. El desplazamiento, tanto dentro del país como hacia otros estados, se produce con el objetivo de encontrar un lugar donde vivir con mínimas condiciones de respeto a los derechos humanos y de acceso a la alimentación, educación, sanidad y trabajo. En el caso de Siria, desde 2012 casi la mitad de la población ha tenido que irse de sus hogares. Casi siete millones de personas han huido del país y se encuentra dispersa entre el Líbano (donde una de cada cinco personas es un refugiado sirio), Jordania, Turquía, Irak o Egipto. Las condiciones de vida se degradan paulatinamente y el acceso a condiciones de vida dignas se ve restringido. La vulnerabilidad de las personas y familias incrementa a medida que pasa el tiempo y afecta de forma extrema a las familias encabezadas por mujeres. También en este conflicto, las mujeres, niños y ancianos son los colectivos que sufren de forma más intensa la violencia.

A partir de 2014, las rutas de acceso a Europa vía Italia y Grecia se inundan literalmente de personas que huyen de un conflicto extremadamente violento de Siria, pero también de afganos (uno de cada cuatro refugiados es afgano) y de personas que huyen de la violencia de Yemen, Somalia, etc. Miles de personas son víctimas de las mafias, cruzan las rutas marítimas y algunas -las más afortunadas- llegan vivas a Europa. Casi 500.000 sirios han llegado huyendo de la violencia extrema y de la falta de oportunidades en el acceso a condiciones de vida dignas. Ante esta situación, las universidades debemos reaccionar con solidaridad y ética y dar respuesta desde nuestras capacidades, experiencia y posibilidades a una crisis humanitaria de unas dimensiones que no se había visto en Europa desde la Segunda Guerra Mundial.

El desarrollo humano, la sostenibilidad, los derechos humanos y su defensa son una parte indisociable de la acción social de las universidades. Como espacios de análisis y reflexión, de propuesta y de formación, investigación, innovación, creación y difusión de conocimiento, las universidades tenemos una responsabilidad que podemos y debemos ejercer con la firme convicción de que el respeto a los derechos humanos y a la dignidad de las personas forma parte del camino hacia una sociedad global, enriquecida por las diversidades y que pueda convivir en paz.

Y con la firme convicción de que los derechos humanos se fundamentan en el conocimiento y respeto mutuo, la solidaridad y la cooperación, manifestamos que:

1) Las universidades públicas catalanas que forman la ACUP rechazamos los actos de violencia que está sufriendo la población siria, tanto dentro como fuera del territorio sirio. Esos actos son cometidos tanto por actores políticos y armados estatales como por aquellos que reclaman la legitimidad o el control del territorio y, por tanto, de la población, pero también por aquellos estados e instituciones que vulneran por defecto o por omisión los derechos humanos y el derecho humanitario internacional.

2) Rechazamos la violencia en general y, especialmente, aquélla que afecta a las mujeres y los niños, así como a las minorías étnicas, religiosas o políticas y que se materializa tanto en el marco territorial del conflicto como en los países que acogen las personas refugiadas.

3) Dado que el conflicto tiene un carácter interno pero también regional e internacional, y que cualquier propuesta de paz debe incluir estas tres dimensiones, pedimos a los actores en conflicto y a aquéllos que participan directa o indirectamente, establecer de forma inmediata las condiciones necesarias para reactivar las conversaciones de paz y para asegurar la participación de la sociedad civil siria en su conjunto y específicamente de las mujeres, como actores en las conversaciones y negociaciones, teniendo en cuenta sus necesidades y demandas en posibles acuerdos.

4) Instamos a los donantes internacionales a asumir una responsabilidad primordial en el apoyo a las entidades internacionales (especialmente a las agencias de Naciones Unidas) en términos de ayuda humanitaria, elemento clave para asegurar las condiciones de vida y dignidad de las personas.

5) Instamos a los gobiernos y administraciones públicas a asumir la responsabilidad moral de acoger a personas que huyen de la violencia, promoviendo el diálogo y la coordinación con la sociedad civil para contribuir al bienestar de las personas que buscan refugio y asilo.

6) Expresamos nuestro firme compromiso con el seguimiento, cumplimiento y defensa de los derechos humanos y nos solidarizamos con el sufrimiento del pueblo sirio y el de todas aquellas personas que en la actualidad están viviendo situaciones de violencia.

7) Decidimos trabajar de forma coordinada con la sociedad civil y las administraciones públicas pertinentes en favor de un programa de acción eficaz, integral y coherente que tenga como máxima el respeto por los derechos humanos y que favorezca el desarrollo social, económico, educativo, personal y laboral a corto, medio y largo plazo de aquellas personas que buscan asilo y refugio. Promoveremos y facilitaremos la implicación activa de nuestras respectivas comunidades universitarias en las iniciativas y acciones en relación con la acogida de las personas refugiadas que lleguen a Cataluña o que ya han llegado.

8) Reafirmamos el compromiso de la Universidad como institución y actor social en el análisis, la reflexión y la difusión de las causas, actores, consecuencias, actuaciones de la sociedad civil, retos de futuro y propuestas de acción en relación con las migraciones y, concretamente, con los movimientos de personas provocados por la violencia.

9) Reafirmamos la necesidad de promover, difundir y defender de forma efectiva los derechos humanos y las libertades fundamentales de las personas con una perspectiva integral que incorpore necesariamente la perspectiva de género y que tenga en especial consideración el derecho a la educación de los jóvenes. Para facilitarlo, articularemos espacios y servicios específicos e integrales para dar respuesta a las necesidades identificadas de forma coordinada con el resto de entidades y administraciones.

10) En coherencia con los puntos anteriores, nos comprometemos a poner las capacidades y recursos a disposición del Comité Operativo de Apoyo a los Refugiados y de todas las administraciones y entidades que se harán cargo de la acogida e integración de los refugiados en Cataluña. Nos comprometemos, en todo lo que la normativa vigente permita, a facilitar a los recién llegados el acceso a las actividades académicas y pedimos a las administraciones competentes que agilicen los procesos de homologación y certificación de títulos para garantizar su acceso a los estudios universitarios.