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La UAB evaluará la eficacia de las políticas de sostenibilidad de la UE

Terra (NASA)
El proyecto MAGIC, coordinado por el ICTA-UAB, estudiará y desarrollará, en colaboración con la Unión Europea, nuevas estrategias para un mejor uso de la ciencia en los procesos de gobernanza. El objetivo es evitar el uso de simplificaciones excesivas en la toma de decisiones.

02/06/2016

Las políticas aplicadas por la Unión Europea para dar respuesta a problemas ambientales globales a menudo están basadas en “evidencia científica” que parte de modelos científicos que no tienen en cuenta las numerosas implicaciones de estas problemáticas mediante el uso de diferentes escalas y dimensiones de análisis. Como consecuencia, esta “evidencia científica” basada en una ciencia reduccionista no siempre aborda aspectos relevantes y, muy raramente demuestra ser efectiva proporcionando los resultados esperados.

Ésta es la premisa de la que parte el proyecto científico MAGIC impulsado por el Institut de Ciència i Tecnologia Ambientals de la Universitat Autònoma de Barcelona (ICTA-UAB) que ha sido subvencionado con 7,5 millones de euros por la Unión Europea (Programa Horizon 2020) para analizar el papel actual de la “evidencia científica” en la toma de decisiones políticas en dicha institución y proponer formas más eficaces de utilización de la ciencia en estos procesos.

El proyecto “Moving towards Adaptive Governance in Complexity: Informing Nexus Security” está coordinado por el ICTA-UAB y cuenta con la participación de otras universidades e institutos científicos de España, Escocia, Países Bajos, Noruega, Italia y Alemania, así como del Joint Research Center de la Comisión Europea.

Proponen un modelo de “coproducción de información útil” en el que un equipo transdisciplinar de investigadores –que integre la experiencia de diferentes disciplinas- trabaje de manera conjunta con el personal de la Unión Europa para identificar los aspectos relevantes a tener en cuenta en la estructuración del problema y desarrollar un análisis integrado y efectivo que aporte información útil en la toma de decisiones. Este modelo de coproducción debe garantizar una mejor calidad de la evidencia científica necesaria para implementar la Estrategia 2020 de la Unión Europea y una discusión mejor informada a nivel internacional sobre cuestiones globales como el cambio climático o la seguridad alimentaria.

El proyecto MAGIC comenzará con una evaluación crítica de todas las narrativas existentes hasta ahora en materia de sostenibilidad, proponiendo un pensamiento alternativo e innovador. En concreto, esta evaluación crítica consistirá en un análisis cuantitativo basado en el concepto del “nexo”, es decir, estableciendo un vínculo entre la seguridad alimentaria,  energética y del agua (en relación a los patrones e consumo), el clima y los usos del suelo. Este análisis integrado y de múltiples escalas está basado en un planteamiento innovador que combina conceptos teóricos desarrollados a partir de la teoría de sistemas complejos, la ecología sistémica, la bio-economía y los estudios de ciencia y tecnología.

Este enfoque integrado se aplicará a dos líneas de discusión: el análisis de los factores que hay que tener en cuenta en el asesoramiento de innovaciones técnicas -como por ejemplo el fracking, la segunda generación de biocombustibles, los cambios técnicos necesarios para la economía circular, qué hacer con los alimentos transgénicos, el papel potencial de la desalinización- y una revisión crítica de las directivas existentes que se utilizan para hacer frente a los problemas de sostenibilidad. El objetivo es generar un proceso de reflexión sobre los riesgos asociados de una excesiva confianza en el “Sueño Cartesiano” de que la ciencia puede dar a los humanos el poder de predecir y controlarlo todo.

“Cada vez que basamos nuestras decisiones en resultados cuantitativos de modelos basados en una única disciplina científica y una escala, estamos obviando narrativas alternativas sobre el problema en cuestión, que sólo puede ser percibido usando diferentes disciplinas y escalas. Esto supone que las consecuencias de las políticas adoptadas no sólo son desconocidas, sino que también pueden resultar contraproducentes respecto a los objetivos iniciales”, explicó Mario Giampietro, investigador ICREA en el ICTA-UAB y coordinador del proyecto. “Un claro ejemplo de esto sucede, por ejemplo, en el caso de la producción de bio-carburantes de primera generación. La gran demanda de tierra, agua y otros recursos necesarios para su producción supone un impacto negativo mayor en la seguridad alimentaria de muchas zonas del mundo”, añade.

El análisis basado en el nexo entre el agua, la energía, la comida y el uso del suelo a escala global del planeta en relación con las implicaciones para la población y el clima facilitará la detección de problemas sistémicos o consecuencias negativas de las innovaciones y las políticas implementadas por la Unión Europea.

El proyecto se estructura en tres partes: el “Nexus Dialogue Space” que, coordinado por el Joint Research Center de la Comisión Europea, garantizará la colaboración de los investigadores con el personal de la Comisión Europea (en las diferentes Direcciones Generales y otras instituciones de la UE); el “Nexus Information Space” que coordinará e integrará el asesoramiento científico de los diferentes equipos expertos en producción de alimentos, energía, agua y uso del suelo para garantizar la congruencia con las limitaciones que proporciona el nexo; y el “Nexus Knowledge Hud”, una plataforma de interacción que implicará en la discusión a otros actores como la industria, las ONG, las universidades y la sociedad en general.

El proyecto MAGIC tendrá dos impactos. Por un lado generará nuevas metodologías y procedimientos que garanticen el control de calidad de los procesos de producción y el uso de información científica en la toma de decisiones. El resultado será particularmente relevante para quienes toman decisiones (en este caso las Direcciones Generales y la UE) ya que tendrán herramientas competentes para un mejor manejo de la implicación de la complejidad, como la inevitable presencia de incertidumbre, la coexistencia de perspectivas legitimadas pero opuestas sobre lo que hay que hacer, o la implicación de la existencia de múltiples escalas.

Por otro lado, ofrecerá una evaluación crítica y una reflexión informada sobre la aplicabilidad, viabilidad y conveniencia de las actuales políticas implementadas por la UE -como la directiva del agua, las políticas de agricultura, la economía baja en carbono, la economía circular- y una evaluación crítica de los modelos usados en la actualidad para discutir los pros y los contras de las innovaciones, como el fracking, los permisos negociables, la desalinización, el biocombustible y los alimentos transgénicos.

Los socios del ICTA-UAB en el proyecto son el Hutton Institute James (Escocia), la Universidad de Wageningen (Países Bajos), Universidad de Twente (Países Bajos), Universidad de Bergen (Noruega), Comisión Europea- Joint Research Center, la Universitá Napoli Federico II (Italia), Climate Analytics (Alemania), y el Instituto Tecnológico de Canarias (España).