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¿Cómo resistir al cambio global en la región mediterránea?

Bosque mediterráneo
Foto: CREAF
Un equipo de investigadores liderado por el CREAF y con participación de la UAB ha identificado los 13 mayores retos científicos para conseguir que los ecosistemas terrestres mediterráneos sean más resistentes a los efectos negativos de este fenómeno.

03/02/2015

Los científicos consideran clave comprender por qué las sequías están matando últimamente tantos árboles y cómo influye la historia local del bosque en esta mortalidad.

El equipo multidisciplinar, formado por 28 investigadores ha evaluado el progreso científico de los últimos 16 años en el estudio del cambio global en los ecosistemas terrestres mediterráneos, y ha concluido que la ciencia tiene por delante trece retos que afrontar y tres aspectos fundamentales a tener en cuenta.

El artículo resultante ha sido publicado en la revista Global Ecology and Biogeography. En él han participado los investigadores de la UAB Jordi Martínez-Vilalta, Francesc Lloret, Xavier Pons y Javier Retana.

En primer lugar, aseguran que ya no es suficiente con estudiar las diferentes modificaciones que estamos provocando en el ecosistema (el cambio climático, los cambios en el régimen de incendios, la pérdida de biodiversidad, etc.) como si fueran cajas cerradas. Es necesario invertir esfuerzos en “comprender cómo cada una de esas cajas interacciona con otras cajas”, afirma Enrique Doblas, investigador del CREAF. Y pone un ejemplo: “La sequía puede provocar erosión en el suelo, pero la erosión que estamos encontrando no se explica si no añadimos a esa sequía todos los cambios de uso del suelo de los últimos 50 o 60 años.”

En segundo lugar, los datos recogidos a pequeña escala suelen generar demasiado error cuando intentamos utilizarlos para predecir los efectos del cambio global a gran escala. Para revertir esta situación, los autores del artículo proponen mejorar las redes de intercambio de datos entre investigadores y plantear experimentos de larga duración y a escalas regionales o incluso globales.
 
Y en tercer lugar, el artículo insiste en la importancia que tiene la historia local del ecosistema en la manera en que éste es capaz de responder al cambio global y, en especial, a los efectos cada vez más importantes de las sequías. “Del mismo modo que no te recuperas igual de una infección si es la primera o la segunda vez que la padeces, dos ecosistemas pueden parecer idénticos y no serlo en absoluto por la historia que han vivido”, aclara Doblas.
 
La siguiente tabla recoge la lista de 13 retos científicos, organizada bajo el paraguas de cinco grandes preguntas:
 

¿Cómo afecta al funcionamiento del ecosistema la concurrencia de varios fenómenos de cambio global?
1 Comprender cómo la estructura habitual del paisaje mediterráneo en forma de mosaico afecta a la propagación de los incendios.
2 Comprender el efecto combinado de los diferentes fenómenos que componen el cambio global sobre las invasiones biológicas y la expansión de plagas.
3 Comprender cómo interactúan los diferentes fenómenos que componen el cambio global y las prácticas de gestión forestal más recientes.
 
¿Cómo podemos mejorar la calidad de los datos que recogemos sobre la respuesta del ecosistema al cambio global?
4 Obtener información más realista (a escalas espaciales y temporales más grandes) de los impactos del cambio global sobre los servicios que nos proporciona el ecosistema.
5 Mejorar la evaluación de la mortalidad de árboles asociada a fenómenos climáticos extremos, con especial interés en los fenómenos de sequía.
 
¿Podemos gestionar los ecosistemas para que sean más resistentes al cambio global?
6 Identificar y gestionar las áreas más vulnerables al cambio global.
7 Utilizar el funcionamiento y la historia del ecosistema para estudiar su capacidad de volver a su estado inicial después de una perturbación (resiliencia).
8 Abrir la investigación a otros campos para estudiar la importancia que pueda tener la genética en esta capacidad de resiliencia.
 
¿Perderemos los servicios que nos proporcionan los ecosistemas si éstos cambian su funcionamiento interno?
9 Estudiar cómo la gestión forestal puede mejorar capacidad del ecosistema para almacenar carbono y agua a largo plazo y a gran escala.
10 Analizar cómo cambia la biodiversidad cuando cambia el paisaje.
 
¿Ocurre lo mismo a corto plazo y escala local que a largo plazo y escala regional?
11 Aumentar la precisión de los modelos de predicción del cambio global incluyendo el contexto socio-económico al que se refieren.
12 Plantear experimentos interdisciplinares y manipulativos a diferentes escalas para entender los intercambios que se producen entre el bosque y la atmósfera.
13 Entender mejor cómo afecta el sistema hidráulico de las plantas a la disponibilidad de agua a escala de paisaje.
 
13 nuevos retos que sustituyen los 25 retos propuestos por Sandra Lavorel en el 1998
 
Para identificar estos trece retos, los investigadores no han partido de cero, sino que han analizado el grado de cumplimiento de los retos planteados hace 16 años en un artículo similar, publicado en la misma revista por la científica Sandra Lavorel. De aquellos 25 retos planteados en 1998, nueve se han superado con éxito y tan sólo dos permanecen sin ninguna respuesta. A los catorce retos restantes (la mayoría), únicamente hemos podido responder en parte (ver tabla siguiente).
 
¿Cómo serán los regímenes de incendio futuros? Logro
1 Predecir los incendios a partir de la influencia de los usos del suelo. Parcial
2 Predecir los incendios a partir de la influencia del clima.
3 Predecir los incendios a partir de la influencia de la composición atmosférica. No
4 Medir los impactos de los incendios en el paisaje.
5 Medir los impactos de los incendios en la vegetación. Parcial
6 Medir los impactos de los incendios en el contexto del cambio climático.
7 Medir los impactos de los incendios en el funcionamiento de los ecosistemas. Parcial
8 Controlar los incendios desde la prevención
9 Controlar los efectos de los incendios a través de la restauración Parcial

¿Cómo interactúan los seres vivos y la atmósfera?
 
10 Entender cómo interactúan los usos del suelo con el clima. Parcial
11 Entender cómo la fisiología de los seres vivos interactúa con el CO2 atmosférico y con la temperatura del planeta. Parcial
12 Entender cómo interactúan los gases que emiten los seres vivos y la temperatura del planeta. Parcial
13 Entender cómo interactúan los gases que emiten los incendios y la atmósfera.
14 Generar modelos que trabajen con todos estos datos conjuntamente. Parcial

¿Cómo afecta el paisaje al agua disponible para la vida?
 
15 A escala de parcela, estudiar cómo circula el agua por las plantas en función de la superficie de hoja que tienen.
16 A escala de parcela, estudiar el equilibrio hidrológico. Parcial
17 A escala de parcela, estudiar cómo cambia la cantidad y la calidad del agua a lo largo del tiempo. Parcial
18 A escala de parcela, generar modelos de simulación que trabajen con todos estos datos. No
19 A escala de paisaje, elaborar mapas sobre la disponibilidad de agua.
20 A escala de paisaje, comprobar si ocurre lo mismo que a escala de parcela.
21 A escala de paisaje, estudiar cómo afectan los cambios en el paisaje a la disponibilidad de agua.
22 A escala de paisaje, generar modelos de simulación que trabajen con todos estos datos. Parcial

¿Cómo está cambiando la biodiversidad?
 
23 Comprender cómo cambia la diversidad genética. Parcial
24 Comprender cómo cambia la diversidad de especies. Parcial
25 Comprender cómo cambia la diversidad de paisajes. Parcial
 
Los autores han escrito el artículo en el marco del proyecto MONTES-Consolider (CSD2008-00040), financiado por el Ministerio de Economía y Competitividad. En su redacción han participado investigadores del CREAF, la Universitat Autònoma de Barcelona, la Universidad de Granada, el Centre Tecnològic i Forestal de Catalunya (CTFC), el Museo Nacional de Ciencias Naturales del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), la Universidad de Castilla-La Mancha, el Centro de Estudios Ambientales del Mediterráneo (CEAM), la Universidad Rey Juan Carlos I, la Universidad de Macquarie (Australia), el Institut de Diagnosi Ambiental i Estudis de l’Aigua del CSIC y la Universidad Carlos III de Madrid.
 
Artículo:  Doblas-Miranda, E., Martínez-Vilalta, J., Lloret, F., Álvarez, A., Ávila, A., Bonet, F. J., Brotons, L., Castro, J., Curiel Yuste, J., Díaz, M., Ferrandis, P., García-Hurtado, E., Iriondo, J. M., Keenan, T. F., Latron, J., Llusià, J., Loepfe, L., Mayol, M., Moré, G., Moya, D., Peñuelas, J., Pons, X., Poyatos, R., Sardans, J., Sus, O., Vallejo, V. R., Vayreda, J. and Retana, J. (2015), Reassessing global change research priorities in mediterranean terrestrial ecosystems: how far have we come and where do we go from here?. Global Ecology and Biogeography, 24: 25–43. doi: 10.1111/geb.12224