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Conoce Alumni

"El programa Mentoría UAB alcanzó las expectativas, me dio una visión amplia sobre el mundo empresarial y mucho de lo que aprendí lo aplico ahora"

Entrevista Ainhoa

Ainhoa Castaño, estudiante de 4º del doble grado de Ingeniería Informática e Ingeniería Electrónica de Telecomunicaciones de la UAB. Ganadora del Premio DonaTIC 2023 y premio al Talento Joven de la Noche de las Telecomunicaciones y la Informática. Ha sido responsable junior del grupo de trabajo de voluntariado y acción social de Teleco.cat y presidenta de Tecno UAB. Organiza actividades de divulgación tecnológica como los TecnoDays, y ha coordinado la infraestructura del congreso tecnológico MEMEnginy en la Escuela de Ingeniería de la UAB. También fue una de las mentoradas de la primera edición del programa Mentoría UAB.

13/05/2024

¡Felicidades! ¿Qué ha supuesto recibir estos reconocimientos?

Todavía no lo he terminado de asimilar pero lo siento como un reconocimiento a todo el esfuerzo que he estado haciendo desde primero de carrera.

Desde los Premio DonaTIC destacaban tu implicación y liderazgo en diferentes iniciativas académicas y sociales. ¿Qué te aportan las actividades menos académicas?

Principalmente habilidad blandas. Aprendí cosas que no me enseña el grado como por ejemplo trabajar en equipos grandes. También he mejorado la habilidad de hablar en público, en la carrera se hacen muchas presentaciones pero no es lo mismo que ser representante estudiantil y tener que exponer ideas de forma clara para que el otro interlocutor entienda tus argumentos.

¿Cómo compatibilizas el tiempo de estudio con el resto?

Con mucha paciencia y organización. Un detalle importante es que las semanas de exámenes las reservo completamente para los exámenes, salvo excepciones que sé con mucha antelación, porque sino es inviable.

¿Cuándo vas a saber que querrías estudiar Ingeniería?

Desde pequeña. No jugaba con ninjas, mis Reyes siempre eran regalos de robótica.

¿Has tenido referentes?

Lo más parecido han sido mi padre y mi abuelo que son técnicos frigoristas. Recuerdo que me llevaban a su taller y me quedaba allí mientras arreglaban cosas. Son muy creativos, el abuelo hizo con un barril una nevera con la temperatura perfecta para el vino que le gustaba. 

¿La creatividad juega un papel importante en la Ingeniería?

Sí porque necesitas solucionar problemas y muchas veces las soluciones clásicas no funcionan. A menudo en los exámenes las respuestas son abiertas, debes tener los conocimientos básicos pero lo puedes hacer de 1.000 formas diferentes, la creatividad juega un papel importante. Y la prueba y error, también. 

¿Vas a dudar en algún momento hacer una Ingeniería?

Nunca. Sabía que quería hacer un doble grado y tenía claro que con cosas de electrónica. Fui a una charla que explicaban los grados y me pareció que el de Ingeniería Informática y Electrónica era el que mejor me encajaba. Fue mi primera opción y entré.

¿Qué hizo que eligieras la UAB para estudiar el doble grado?

Es la única que ofrece este doble grado. También me habían hablado muy bien del profesorado y de las actividades del campus, y quería hacer vida social en la universidad. Además, de pequeña vivía en Cerdanyola del Vallès y los padres me llevaban a pasear por el campus, para ellos era una manera de motivarme para ir a la universidad, soy la primera universitaria de la familia.

¿Qué te ha sorprendido más de la experiencia universitaria?

Tenía la sensación de que seríamos un número y ha resultado muy diferente, es menos impersonal de lo que imaginaba.  

¿Has echado en falta algo?

Más implicación por parte del alumnado a la hora de organizar actividades, se involucra poco cuando hace falta su compromiso para hacer talleres o diseñar proyectos. También es necesario que la universidad dé más visibilidad al talento del alumnado, que hay mucho. Y no sólo al talento, deben darse a conocer los colectivos y organizaciones que generan valor con todo el trabajo que realizan.

Como persona con Trastorno del Espectro Autista (TEA), ¿cómo crees que la universidad debería atender la diversidad?

Echo en falta más formación del profesorado sobre autismo, sobre todo en la Escuela de Ingeniería, que es la facultad con más personas con este diagnóstico. Una formación que deberían dar psicólogos pero también personas con necesidades educativas específicas –TEA, Trastorno por Déficit de Atención con Hiperactividad (TDAH) o Altas Capacidades (AACC)–, para visibilizar estas realidades desde la propia experiencia que difiere de la perspectiva clínica, porque cada persona tiene sintomatología y características diferentes.

El curso 22-23 vas a participar en el programa de mentoría UAB. ¿Cómo recuerdas la experiencia?

Sigo en contacto con la Yolanda Lupiánez, mi mentora. Me encantó, me dieron una visión amplia sobre el mundo empresarial. A pesar de la universidad se acerca cada vez más a este mundo, todavía está un poco lejos.

¿Qué hizo que te animara a formar parte de ella?

Tenía interés por encontrar un mentor que me pusiera más en el mundo laboral. Cuando me hablaron del programa me pareció una buena oportunidad. Alcanzó las expectativas, mucho de lo que aprendí lo aplico ahora.

¿Cómo te gustaría que fuera el paso de la vida universitaria a la profesional?

Como persona autista me parece traumático. Las personas diagnosticadas con TEA somos muy estructuradas, si hacemos la transición de la estructura académica al mundo laboral sin un acompañamiento correcto puede ser problemático. Normalmente la gente autista no sabe cómo hacerlo, el paro entre el colectivo está entre el 75 y el 90%. Ahora estoy haciendo las prácticas en una empresa de IA y me ha ayudado que he coincidido en el trabajo con mi pareja y me guiaba. Aun así, los primeros días no sabía cómo hacerlo ni si tenía que pedir ayuda.

¿Qué le dirías a alguien con TEA que se plantee hacer alguna Ingeniería?

Es importante ponerle ganas, tener paciencia para no quemarte y tener presente que casi nadie se quita el grado en 4 años. Hay que recordar que está bien pedir ayuda, que la universidad cuenta con servicios psicopedagógicos, que se pueden hacer adaptaciones, no tener miedo de pedirlas y explicar la situación al profesorado, que siempre te ayuda en la medida de lo posible.