El artículo del mes de octubre: cómo la contaminación prenatal afecta la maduración del cerebro de los neonatos
La Comisión de Investigación y Comunicación del Departamento de Psicología Clínica y de la Salud ha seleccionado "Unraveling the impact of prenatal air pollution for neonatal brain maturation" como artículo del mes de octubre.
Este estudio, publicado en Environment International, explora cómo la exposición prenatal a la contaminación atmosférica —especialmente a las partículas finas PM2.5 — puede afectar la mielinización del cerebro en neonatos. La investigación, dirigida por Jesús Pujol y un amplio equipo multidisciplinario de centros de investigación barceloneses, se enmarca dentro del proyecto europeo AirNB, financiado por el Consejo Europeo de Investigación.
La mielinización —el proceso de formación de la vaina de mielina alrededor de los axones— es clave para el desarrollo cerebral y se produce de manera intensiva durante la gestación. Mediante resonancias magnéticas realizadas a 93 neonatos, el estudio demostró que una mayor exposición a PM2.5 durante el primer trimestre de gestación se asocia con una mielinización cortical más baja, mientras que la exposición en el tercer trimestre se relaciona con una reducción de la mielinización global.
Aunque las PM2.5 contienen elementos traza esenciales como el hierro, el cobre y el zinc —imprescindibles para el desarrollo cerebral—, estos no mostraron efectos específicos cuando se ajustaron los resultados por la exposición global a PM2.5 . Esto sugiere que el impacto principal viene dado por la contaminación en su conjunto, y no por los componentes individuales.
Los resultados obtenidos ponen de relieve la vulnerabilidad del cerebro en desarrollo ante los contaminantes ambientales, y subrayan la necesidad de políticas públicas más estrictas en materia de calidad del aire. No obstante, los autores recuerdan que la mielinización es un proceso dinámico: un retraso no tiene que ser necesariamente negativo, ya que un desarrollo más prolongado puede asociarse con mejores resultados cognitivos a largo plazo.
Este trabajo abre la puerta a futuras investigaciones longitudinales para evaluar cómo estas alteraciones iniciales pueden influir en el desarrollo cognitivo y conductual de los niños, y recalca la importancia de proteger la salud cerebral desde las primeras etapas de la vida.