J. C. Aranega: 'Dieta Mediterránea es sana pero requiere de nuestra responsabilidad como consumidores'

Ponència Jean Claude Aranega al Rectorat, dins el marc de la Setmana Saludable i Sostenible 2018
En el marco de la Semana Saludable y Sostenible 2018 de la UAB, el chef y profesor de la Escuela ofreció una charla, en el Rectorado de la Universidad, sobre los pros y contras de seguir una Dieta Mediterránea y su concepción a lo largo de la historia.

18/04/2018

El lunes, el profesor Jean Claude Aranega dejaron los fogones y las aulas de la Escuela para ofrecer la charla “Dieta Mediterránea” en la Sala de Actos del Rectorado. Unas 20 personas asistieron a la conferencia, que formaba parte de las actividades programadas de la primera jornada de la Semana Saludable y Sostenible de la UAB.

Al inicio de la intervención, el profesor hizo un repaso histórico del concepto “Dieta Mediterránea”, a la cual se le atribuye el origen en un estudio comparativo de 1848 entre los americanos y los habitantes de la isla de Creta. El estudio determinaba que los griegos tenían una vida más longeva, vinculada a la alimentación y a su estilo de vida. Y es, a partir de entonces, cuando la Dieta empieza a despertar interés sobre sus propiedades y tradiciones culinarias.

La Dieta Mediterránea, una fusión de culturas

Lo cierto es que, a lo largo de la historia, la confluencia de diferentes civilizaciones y pueblos han sido aquello que ha definido y consolidado este consumo de alimentos y su cocina tal y como se conoce hoy: “La mayoría de nuestros platos tradicionales tienen ingredientes que llevaron los árabes o los fenicios”.



Durante el Imperio Otomano, las relaciones comerciales permitieron la incorporación de vegetales como las espinacas o la lechuga a todo el Mediterráneo; mientras que las frutas y peras provienen de los países del norte, y los frutos de hueso y secos de Asia. Durante la colonización de América, también es importaron otros alimentos indispensables, como el boniato o la patata.

Toda esta variedad de oferta de alimentos favoreció la creación de recetas, abundando la diversidad de ingredientes y el contraste de colores. Pero, tal cómo puntualizó el profesor, “la clave de la Dieta Mediterránea es la pobreza”, en referencia a la necesidad de los estratos sociales menos favorecidos a aprovechar todo lo que tenían, a causa de la diferencia de precio de algunos alimentos –como la carne-.  

La Pirámide de la Dieta Mediterránea

Les raciones –el conjunto de alimentos que se ingieren diariamente para satisfacer sus necesidades energéticas, plásticas y protectoras del organismo- que componen la Dieta Mediterránea, se rigen por una pirámide de alimentos, que se ha demostrado que tiene grandes beneficios para las personas si se consumen de manera equilibrada.

El profesor, durante la charla, mostró al público una pirámide muy visual donde se podía ver que la base estaba formada por agua y aquellos alimentos que se tienen que consumir con más frecuencia, como los vegetales; a continuación, el pescado, la carne y los lácteos; y se termina con las grasas y los azúcares, de consumo ocasional y moderado.

Este reparto jerárquico de los alimentos y raciones, pero, es insuficiente si no se tienen en cuenta otros aspectos, como remarcó Aranega. El consumo de las raciones mínimas requeridas tiene que constar “de un mínimo de 5 comidas al día”, y a las indicaciones de la pirámide hay que incluirle 30 minutos de actividad física diaria.

Un estilo de vida

“Pero hay otro componente que ayuda a llevar una buena Dieta Mediterránea: no comer solo”. Según el profesor, la convivencia y los comensales “nos hacen sentir bien” y el hecho de hablar favorece la generación de saliva y la ingesta lenta de los alimentos.

En otra diapositiva, Jean Claude Aranega mostró los 10 principios para seguir una buena Dieta Mediterránea, donde se recomienda beber solo agua y utilizar solo aceite de oliva; además de la ingesta de alimentos frescos y de temporada.

La responsabilidad de los consumidores

El profesor fue categórico, defendiendo que hay que tener una visión holística de la Dieta Mediterránea: para poder seguir siendo saludable, también tiene que ser sostenible, para los impactos mediombientales que supone. “La Dieta Mediterránea es sana, pero requiere de la nuestra responsabilidad como consumidores”.

Un ejemple sería racionalizar el consumo de carne, ya que el sistema de explotación de la industria cárnica actualmente está dejando una grande huella mediombiental.

También es necesario fomentar la compra de alimentos frescos de producción local y de proximidad, ya que si no han sido sometidos a tratamientos para su exportación, éstos mantienen durante más tiempo sus propiedades.

Así, la Dieta Mediterrània tiene que promover la sostenibilidad y consumo responsable porque a día de hoy continúe siendo un ejemplo de vida sana y saludable. Ya que, nuevamente, está a manos de las personas adaptar la gastronomía y, por consiguiente, cambiar el curso de la historia.