Educación artística para la inclusión
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Olga Vallejo: Esto es el Vagón de la Ciencia, el proyecto de la Universitat Autònoma de Barcelona dedicado a la divulgación científica. Esta tercera edición se centra en la diversidad, y en este capítulo hablaremos de la educación artística para la inclusión. Para ello, nos acompaña Josep Maria Sanahuja Gavaldà. Hola, Josep Maria.
Josep Maria Sanahuja: Hola, ¿qué tal?
OV: Josep Maria es profesor del Departamento de Pedagogía Aplicada de la Universitat Autònoma de Barcelona, director del Centre d’Estudis i Recerca per a una Societat Inclusiva (CERSIN) y coinvestigador principal del proyecto INARTdis. También nos acompaña Mar Morón. Hola, Mar, bienvenida.
Mar Morón: Hola.
OV: Mar es profesora del Área de Didáctica de la Expresión Plástica de la Universitat Autònoma de Barcelona, coordinadora para el Bienestar del Alumnado de Infantil y Primaria y coinvestigadora principal del proyecto INARTdis. Por lo tanto, vosotros ya os conocéis. Ambos formáis parte de INARTdis, un proyecto europeo que tiene el objetivo de fomentar la inclusión social para todos a través de la educación artística. ¿Quiénes son las personas destinatarias? ¿Son colectivos concretos o está pensado para todo tipo de público, Mar?
MM: En principio, es para todo tipo de público. El objetivo de nuestro proyecto es poder trabajar conjuntamente con personas con y sin discapacidad.
OV: Y explicadme: ¿por qué la educación artística? ¿Cuál es el potencial de la educación artística a la hora de fomentar la inclusión social?
MM: Nosotros hemos estado trabajando con instituciones artísticas de la ciudad de Barcelona y con diferentes lenguajes artísticos: el teatro y las artes escénicas, la danza (en el Mercat de les Flors) y también las artes visuales (en museos como el MNAC y Can Framis). Es decir, hemos trabajado con todos los lenguajes artísticos, y lo que hemos conseguido es llevar los espacios de creación artística adentro del museo. Los espacios de creación artística son espacios donde las personas se pueden expresar de una manera libre y donde todo el mundo puede ser único. Cada persona se expresa desde sí misma, con sus capacidades, sus discapacidades, su personalidad. Son espacios de libertad, con seguridad. Y es lo que hemos intentado llevar a los museos.
OV: Las propuestas de INARTdis son un apoyo para estudiantes con discapacidad. Como decíais, todo el mundo puede participar, pero en el caso de los estudiantes con discapacidad estas propuestas permiten que desarrollen sus creaciones artísticas con el objetivo de promover que tengan un comportamiento autónomo en un contexto inclusivo. ¿Cuándo y por qué nace el proyecto? ¿Cómo decidisteis que este poder transformador del arte y la cultura sería una buena herramienta para la inclusión?
MM: Habíamos hecho unos proyectos en el MNAC solo para personas con discapacidad. Los museos a veces se han olvidado de una parte del arte que es muy importante: los procesos. Cuando vas a un museo, ves los resultados y no los procesos. Por ello, hicimos unos proyectos con personas con discapacidad para trabajar el proceso de creación dentro del museo, y, desde el CERSIN, valoramos que estaban bien pero que deberían de ser más inclusivos. Entonces creamos el proyecto INARTdis como un reto: incluir a grupos diversos, grupos de personas con y sin discapacidad, para trabajar todos juntos.
OV: Un reto, pero… ¿y el resultado?
JMS: Yo diría que el resultado ha sido excelente y, además, desde diferentes vertientes. La vertiente más importante para nosotros es la de las personas que participaron. Como ha comentado antes la profesora Mar Morón, se trabajaba sobre todo con personas con discapacidad, pero también sin discapacidad, porque lo que nosotros queríamos era un contexto totalmente inclusivo. Esto para las personas participantes fue un reto, y creemos que también una oportunidad para mejorar su desarrollo; no solo el de las personas con discapacidad, sino el de todos. Porque es precisamente esa relación dialéctica que se crea dentro de un espacio de educación artística, un espacio artístico, lo que ayuda mucho a que cada persona pueda expresarse de la manera que crea conveniente. Se respeta todo, no se juzga nada, y eso ayuda en ese crecimiento. Esta sería una vertiente, pero también hay otra muy interesante: la de los profesionales. Por un lado, los maestros de educación infantil, primaria y secundaria que participaron en el proyecto, y, por otro lado, todos los profesionales de las diferentes instituciones artísticas: los profesionales del MNAC, del Mercat de les Flors, etc., que también llegaron a ver las posibilidades que ofrece trabajar con personas con y sin discapacidad en un contexto inclusivo.
OV: Eso es lo que os quería preguntar: ¿cómo reciben la invitación las instituciones, los equipamientos culturales, cuando les hacéis la propuesta? Vosotros ya teníais claro que era un reto y supongo que a ellos todavía les debe de dar más impresión, porque no están vinculados al mundo de la educación.
MM: En cada institución artística hay un departamento de educación (es algo que a veces los usuarios no sabemos): hay un departamento de educación en el TNC, en Can Framis, en el Mercat de les Flors… Estas personas son profesionales del mundo de la educación y su objetivo es fomentar la educación desde sus lenguajes artísticos. Cuando empezamos el INARTdis, nos pusimos en contacto con todas las instituciones artísticas de Barcelona (también con el Liceu, el MACBA…) y algunas nos dijeron que sí y otras que no podían, pero no porque no les interesara, sino porque tenían otros proyectos. Por otro lado, también buscamos una diversidad de público, en principio con y sin discapacidad: trabajamos con adolescentes, con niños de cuarto de primaria, con un grupo de niños con trastorno del espectro autista (TEA), con un grupo de la Fundación Aspace (de personas con parálisis cerebral)… O sea, que había diversidad de todo tipo. Por eso te decía que fue un reto.
OV: También hablabais de la diversidad de las disciplinas. ¿Alguna de estas disciplinas artísticas ha funcionado mejor que otra? ¿O eso dependía del grupo?
MM: Yo creo que han funcionado todas, porque al final son lenguajes que tenemos incorporados. Todo el mundo se expresa con el cuerpo, todo el mundo se puede expresar porque escribimos, porque pintamos… Funcionaron todos muy bien. Formamos tándems e hicimos tres proyectos. Unos trabajaban con artes visuales y otros con artes escénicas, y se dieron diferentes casuísticas. En referencia a lo que decía ahora Josep Maria sobre qué aportan estos grupos diversos, que a veces pensamos que son para las personas con discapacidad, nos hemos dado cuenta de que han aprendido más las personas sin discapacidad. Porque cuando hablamos de inclusión siempre decimos que las personas debemos tener una predisposición o una sensibilidad (hemos hablado mucho de esto en el CERSIN, que nos dedicamos a este tema). Es una sensibilidad que creas cuando estás con estas personas diversas. Si estás siempre en un entorno uniforme, no generas esa sensibilidad hacia la diversidad. Y creemos que todos esos niños y niñas y adolescentes, en principio sin discapacidad, que han participado cuando tengan una profesión no olvidarán a las personas que tienen, a veces, algunas necesidades. Porque ya no hablamos de niños con TEA, sino de Maria, que tiene TEA, o de Josep Lluís, que tiene parálisis cerebral, y entonces se crea una sensibilidad hacia la diversidad que no se consigue solo con la palabra.
JMS: En el caso al que se refiere Mar, estos proyectos surgieron de los propios participantes, es decir, fueron las personas con discapacidad y sin quienes los crearon.
OV: Ha sido un proceso de creación conjunto.
JMS: Exacto. Y eso resulta muy interesante, muy enriquecedor, no solo para los niños y adolescentes, sino también para los profesionales, porque dijeron: «¡Ostras, no sabíamos que podíamos hacer este proyecto en nuestro contexto!», que puede ser el MNAC, el TNC o Can Framis, por ejemplo.
OV: Estamos hablando de INARTdis, este proyecto europeo que tiene el objetivo de fomentar la inclusión social para todos a través de la educación artística. Explicadme qué ha pasado antes y después. Ya habéis dado pistas de cómo se van transformando las miradas, pero ¿cómo habéis conseguido este objetivo de fomentar la autonomía? Ahora que ya ha terminado el proyecto, después de tres cursos, ¿cuáles diríais muy resumidamente que son las conclusiones y qué ha aportado a los participantes?
MM: Hemos conseguido sensibilizarnos y ver que la diversidad es enriquecedora. A veces sí decimos: «Es mejor que sea un grupo diverso», pero ahora lo hemos comprobado. Nos han pasado muchas cosas emocionantes. A menudo pensamos en la discapacidad de estas personas, pero tienen muchas capacidades, y tenemos que aprender mucho de ellas. Se ha generado un intercambio muy enriquecedor.
OV: ¿Es tan reconfortante como parece?
MM: Sí, es muy reconfortante. A veces digo que los espacios de creación artística son espacios de vida. Por ejemplo, en el Museu del Disseny montamos un taller con ropa vieja para construir modelos de ropa, y fue muy reconfortante porque, en relación con lo que decías de la autonomía, ellos tenían que elegir: ¿cojo esto o cojo lo otro? Era como en la vida, que tienes que estar decidiendo qué quieres hacer, qué no quieres hacer, ver qué consecuencias tendrá y cuáles no. Por ejemplo, si cojo la ropa verde y la junto, no la puedo coser… Es decir, es un espacio de creación donde estás decidiendo todo el rato, tomando decisiones y viendo si funcionan o si no funcionan, como en la vida. Por eso decíamos que con estos espacios diversos de creación artística lo que se pretendía era hacer un ensayo de vida.
JMS: Además, yo añadiría que las personas participantes han aprendido lenguajes artísticos. Recuerdo un chaval con TEA que comentó: «He aprendido a moverme», es decir, a mejorar la expresión corporal. En cambio, quizás otro alumno del aula destacaría el hecho de compartir con toda esa gente, que no conocía. En este sentido, nosotros tuvimos que llevar a cabo un proceso para que se conocieran entre ellos, para que hubiera algún tipo de relación, ya que eran centros y participantes diferentes. Y eso se ha conseguido y para ellos ha sido muy enriquecedor. Por otro lado, creo que han aprendido en esta vertiente que comentaba ahora Mar, de un espacio de vida, es decir: relacionémonos, aprendamos los unos de los otros sin juzgarnos, yendo más allá de lo que pueden ser unas matemáticas o unas lenguas (con todo el respeto). Y yo aquí, si me permites, haría un apunte: estamos hablando de lo que han aprendido los participantes, pero yo también hablaría de lo que han aprendido los profesionales. Eso también lo preguntamos.
OV: ¿Y qué han aprendido?
JMS: Han aprendido a modular mejor las estrategias educativas a la hora de trabajar con personas diversas, con y sin discapacidad. Y sobre todo han aprendido a detectar las barreras y las oportunidades que sus propias instituciones y que ellos como profesionales tienen ante esta situación. Y, además de estos profesionales, también diría que he aprendido yo. Vengo del mundo de la educación inclusiva, no del arte. El hecho de acercarme al arte y de compartir con Mar todo este aprendizaje durante estos tres años me ha ayudado mucho a ver las posibilidades que tenemos como seres humanos de mejorar nuestras condiciones humanas.
OV: INARTdis ya ha finalizado. Es evidente que estáis satisfechos con el proyecto, una vez hecho el balance. El proyecto en el que ahora estáis trabajando se llama FRIDA. ¿En qué consiste?
JMS: Como el CERSIN se dedica a todo el tema de la inclusión, decidimos profundizar un poco más, y en este nuevo proyecto, FRIDA, lo que queremos es trabajar con niñas y mujeres con discapacidad que vienen sobre todo de culturas minorizadas. Es decir, son niñas y mujeres que han sufrido, y la interseccionalidad es fundamental: sufren discriminación por el hecho de tener una discapacidad, por el hecho de ser mujeres y por el hecho de sentirse culturalmente minorizadas. La idea es intentar promover su agencia y, además, en tres ámbitos: queremos analizar el ámbito educativo, es decir, todas las trayectorias de la vida educativa que han tenido estas personas, y también el ámbito laboral y, sobre todo, el familiar, porque nos interesa saber qué pasa con las mujeres con discapacidad cuando van al hospital para ser madres o cuando quieren tener hijos, tener un hogar, poder desarrollarse como cualquier ser humano…
OV: Espero que podamos volver a hablar una vez haya finalizado el proyecto FRIDA y que vaya muy bien. Josep Maria Sanahuja Gavaldà y Mar Morón, profesores de la Facultad de Ciencias de la Educación y miembros del proyecto INARTdis de la UAB, muchas gracias por haber subido al Vagón de la Ciencia.
MM y JMS: Muchas gracias a vosotros.
OV: Y tú, si quieres saber más, escucha otro capítulo.
El Vagón de la Ciencia, un proyecto de la Universitat Autònoma de Barcelona, con la colaboración de la Fundación Española para la Ciencia y la Tecnología del Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades, y Ferrocarrils de la Generalitat de Catalunya.
Investigadores
Josep Maria Sanahuja Gavaldà
Director del Centre d’Estudis i Recerca per a una Societat Inclusiva (CERSIN). Es doctor en Ciencias de la Educación y licenciado en Pedagogía por la UAB y en Psicología por la Universidad de Valencia. En la UAB es coordinador del máster en Apoyos para la Inclusión Educativa y Social y profesor en el Área de Didáctica y Organización Educativa del Departamento de Pedagogía Aplicada.
Imparte docencia relacionada con la educación inclusiva en el grado en Educación Primaria, el máster en Psicopedagogía, el máster en Investigación en Educación y el máster en Formación del Profesorado de Educación Secundaria Obligatoria y Bachillerato, Formación Profesional y Enseñanza de Idiomas, en la especialidad de Orientación Educativa.
Sus líneas de investigación están vinculadas a los procesos de inclusión-exclusión, la formación del profesorado, el apoyo a la inclusión educativa y social, y las necesidades educativas de apoyo.
Ha participado y dirigido proyectos de investigación competitivos tanto a nivel nacional como internacional, entre los que destacan Fostering social inclusion for all through artistic education: developing support for students with disabilities (INART-dis), de Erasmus+ dentro del marco de la acción clave 3 (2020-2023), y Fostering rights and agency with girls and women with disability from culturally minoritised groups (FRIDA), de Horizonte Europa - MSCA (2026-2030).
Se puede encontrar la producción científica de Josep Maria Sanahuja en el Portal de Investigación de la UAB.
Mar Morón Velasco
Profesora de educación artística (artes visuales) en los grados en Educación Infantil y en Educación Primaria en la Facultad de Ciencias de la Educación de la UAB. Es miembro del Centre d’Estudis i Recerca per a una Societat Inclusiva (CERSIN) de la UAB.
Es licenciada en Bellas Artes, maestra de educación especial, artista, doctora en educación artística y diseñadora de proyectos artísticos inclusivos y específicos para personas con necesidades de apoyo en el ámbito escolar y museístico.
Sus proyectos de investigación e innovación tienen como líneas principales una educación artística ecofeminista, la importancia del proceso de creación artística en la formación de la persona, el arte como herramienta transformadora para conseguir una sociedad inclusiva, la educación a través del arte (como metodología educativa) y la educación artística.
Ha participado y coordinado proyectos de investigación competitivos, tanto a nivel nacional como internacional, entre los que destacan Fostering social inclusion for all through artistic education: developing support for students with disabilities (INARTdis), de Erasmus+ dentro de la acción clave 3 (2020-2023), y Fostering rights and agency with girls and women with disability from culturally minoritised groups (FRIDA), de Horizonte Europa - MSCA (2026-2030).
Se puede encontrar la producción científica de Mar Morón Velasco en el Portal de Investigación de la UAB.
Información complementaria