Nuestra Facultad conmemoró el 25N

01/12/2023

Con motivo del 25 de noviembre, Día internacional contra las violencias machistas, la Facultat de Ciències Polítiques i de Sociologia organizó un acto abierto en la Sala de actos. Éste fue introducido por la doctora Olga Serradell Pumareda, decana de la Facultad, la doctora Esther Zapater Duque, secretaria general de la Universidad Autónoma de Barcelona y la Comisión de Igualdad de la Facultad, el doctor Francesc Serra Massansalvador.

A continuación, tuvimos la oportunidad de escuchar la conferencia "Me too Universitat, de víctimas a supervivientes" de la doctora Mar Joanpere Foraster, investigadora de la Universidad de Barcelona.

De entrada, Joanpere introdujo el agradecimiento hacia la Comissió d'Igualtat y la facultad por generar estos espacios para poner el tema de la violencia machista sobre la mesa, argumentando que un tiempo atrás, este tipo de acto eran impensables en nivel institucional. Y destacó la importancia de que el alumnado de los primeros cursos puedan escuchar este tipo de contenido y puedan saber que pueden sufrir violencias machistas en espacios universidades y, al mismo tiempo, que se puede hablar abiertamente de violencias machistas y, por tanto, que tienen mecanismos y el apoyo para abordarlas.

En primer lugar, definió el punto de partida del abordaje de las violencias machistas en el ámbito universitario. Partimos de un contexto en el que la violencia machista fue tabú durante mucho tiempo y reinaba el silencio. Siempre se han sufrido violencias machistas en el ámbito universitario, así como en el resto de espacios de la vida, pero no se abordaban porque no existían las herramientas. Y la mayoría de las veces, las personas que sufrían, acababan abandonando sus estudios y su carrera académica. Nos dicen a menudo que es porque no pueden conciliarlo, pero muchas mujeres es por sufrir casos de acoso sexual y que nadie les ayude. Además, las personas que se posicionan junto a las agredidas y que rechazan las dinámicas machistas de los agresores en posición de poder, sufren violencia de género aisladora. Es decir, "si te posiciones, te machacan". Así, los agresores que han gozado de impunidad en el ámbito universitario. Y no sólo eso, sino que han seguido ganando referencialidad con premios. Podemos decir que ha sido una práctica reiterada, permitida e impune, silenciada.

Sin embargo, hay personas que lo han puesto sobre la mesa. En 1995 hubo la primera denuncia por parte de un profesor, Ramón Flecha. Esto nos demuestra que siempre ha pasado, "no es una sorpresa de hoy en día", no se ha descubierto ahora y no es un tema nuevo, como parece ahora a través de los medios. Es necesario poner sobre la mesa que las personas denunciantes han recibido ataques, difamaciones e incluso amenazas de muerte para aislarlas y silenciarlas. En palabras de Joanpere, "una víctima sin apoyo nunca denunciará lo que está sufriendo porque no tiene suficiente fuerza, entorno y protección para hacerlo".

Más adelante, durante 2005 y 2008 hubo la primera investigación sobre violencia de género en las universidades españolas. Este estudio estatal permitió romper el silencio, "se hacían encuestas entre alumnado universitario y ahí salieron todas las denuncias que no podían hacer a través de ningún mecanismo, escribían en los márgenes de la hoja todo lo que querían denunciar".

Ante esto, Mar nos dice que “es importantísimo que abordamos la violencia machista en las universidades y que la abordamos de forma colectiva. Es un problema colectivo de toda la Universidad. Necesitamos la integración y colaboración de toda la comunidad universitaria para hacer frente a los casos de acoso”.

Según la conferenciante, cuando presencias una situación de acoso, tienes tres opciones: posicionarte a favor de la agredida y apoyarle, evitar el tema y mantenerte pasivo simulando que no pasa nada y apoyarlo agresor. Las dos últimas son las más cómodas y fáciles pero generan la misma consecuencia: perpetuar la violencia machista e imposibilitar el abordaje de éstas.

Por todo ello, debemos transformar el contexto a través de cuatro puntos clave: la responsabilidad institucional, las evidencias científicas, la solidaridad con las víctimas y la implicación de toda la comunidad universitaria.