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Casa Convalescència

Parada 4: La vida de los pacientes. Los pisos superiores.

Los aposentos principales del primer piso eran la capilla -hoy Aula Magna-, en el centro del edificio, y, a ambos lados, los dormitorios comunes femenino (en el norte) y masculino (en el sur), que tenían accesos diferenciados a través de escaleras situadas en cada uno de los extremos del edificio. Los dormitorios del primer piso accedían directamente a los balcones y terrazas por puerta-ventanas y ventanas. Los dormitorios del segundo piso no tenían salida al exterior. La orientación perfecta este–oeste del edificio permitía el asoleo y ventilación óptimos de los aposentos y las terrazas y el máximo aprovechamiento de la luz natural. Domènech i Montaner, como hizo años antes Ildefonso Cerdà (1815-1876), adoptó medidas higienistas para mejorar las condiciones de vida de ciudadanos y pacientes.

Desde la parte alta de la escalinata, en el primer piso, se observa:

  • La entrada a la capilla, con decoración neobarroca y el escudo de Pau Ferran, principal mecenas de la antigua Casa de Convalecencia. El apellido Ferran, derivado de la palabra “ferro” (hierro), se sintetizaba en el escudo en forma de tres “herraduras” de seis agujeros. El escudo se repite con variaciones a lo largo y ancho de todo el edificio: en pavimento, dinteles, capiteles, vitrales, y plafones mosaicos, entre otros.
  • Una balconada vidriada que rodea la escalera, con carpinterías de estilo Alfonso XIII y vidrios con motivos ornamentales, incluyendo, de izquierda a derecha, los escudos de Lucrècia Gualba, Pau Ferran, la ciudad de Barcelona, el escudo carmelita y el de Elena Soler. Originalmente, las ventanas estaban a raíz de la escalera, y la circulación alrededor de la escalera se hacía por el exterior, bajo porche.
  • La escalera metálica en acero patinable (o Corten). Planteada durante la restauración del edificio llevada a cabo por Tusquets, Díaz & Associats entre 1995 y 2000, facilita la comunicación con los pisos superiores y se adapta a los nuevos usos del edificio. El despacho del arquitecto Òscar Tusquets fue asimismo el responsable de la restauración del Palau de la Música Catalana, también de Domènech i Montaner.
  • Los pabellones hospitalarios más próximos a Casa Convalescència: a la izquierda el de Santa Victoria, y al fondo, el Pabellón Central del hospital, edificio donde residía y trabajaba la comunidad de Hermanas Hospitalarias que regentaban el hospital.

Saliendo de Casa Convalescència desde este nivel, se aprecia la fachada posterior del edificio, que presenta un juego de volúmenes muy remarcable, obtenido por la combinación de aperturas de dimensiones y perfiles diferentes; los pináculos; y tres tipos de cúpula: la principal, semiesférica; las cuatro que rodean la principal, apuntadas; y la que cubre la caja de escaleras, llanura sobre conchas. El conjunto tiene reminiscencias turcas, y hace pensar en construcciones como la antigua basílica de Santa Sofía o la mezquita de Ortaköy (Estambul), que Domènech i Roura conocía bien como demuestran croquis hechos de su mano. En uno de los dibujos iniciales del proyecto se preveía, detrás del edificio, un cierre monumental y una gran avenida que comunicaría la Casa de Convalecencia con los edificios posteriores.