Actividad física
Antoni Sanz
Doctor en Psicología y máster en Psicología del Aprendizaje Humano. Miembro del grupo de investigación consolidado GIES (Grupo de Investigación en Estrés y Salud) y coordinador del equipo NAT (Nature-Activity-Therapy), centrado en nuevos enfoques terapéuticos, que combina la terapia cognitivo-conductual con actividades deportivas y de ocio en el entorno natural.
Desde el año 1992, ha participado en investigación básica y aplicada en los ámbitos de la psicología y la psicofisiología humanas aplicadas a la salud y el deporte. Es profesor agregado en la UAB. Desarrolla la docencia y la investigación en psicología de la salud en el Departamento de Psicología Básica, Evolutiva y de la Educación.
Podéis consultar la producción científica de Antoni Sanz en el Portal de Investigación de la UAB.
Albert Feliu
Doctor en Psicología de la Salud por la Universitat Autònoma de Barcelona desde el año 2014. Es psicólogo sanitario y biólogo y actualmente es profesor Serra Húnter del Departamento de Psicología Clínica y de la Salud de la UAB. El Dr. Feliu ha publicado en colaboración con diferentes grupos e investigadores nacionales e internacionales más de 70 artículos sobre la eficacia clínica, la relación coste-efectividad y los mecanismos neurobiológicos de las terapias cognitivo-conductuales de tercera generación y otros abordajes no farmacológicos en personas con problemas de salud mental y/o dolor crónico. Parte de sus trabajos también se han centrado en la validación de diferentes instrumentos para la evaluación de diferentes constructos relevantes en el campo de la psicoterapia (por ejemplo, mindfulness, decentering, non-attachment, flexibilidad psicológica, felicidad subjetiva, sintomatología depresiva, sintomatología del trastorno límite de la personalidad, etc.).
El Dr. Feliu es miembro del grupo de investigación AGORA (Investigación Psicológica en Fibromialgia y Dolor Crónico ; 2017 SGR 667) y ha liderado diferentes proyectos de investigación en el campo de la evaluación de los efectos clínicos y de los cambios en marcadores inmunoinflamatorios asociados a intervenciones no farmacológicas en fibromialgia y dolor crónico.
El último proyecto de investigación obtenido por el Dr. Feliu es el ensayo clínico On&Out («Cost-utility and immunoinflammatory effects of multicomponente FIBROWALK therapy in online or outdoor format in fibromyalgia: a randomized controlled trial»), financiado por el MICINN (ref. PID2020-117667RA-I00; fechas de ejecución: 2021-2023).
Podéis consultar la producción científica de Albert Feliu en el Portal de Investigación de la UAB.
Transcripción del capítulo
Vagón de la Ciencia, un proyecto de la Universitat Autònoma de Barcelona en colaboración con el Ministerio de Ciencia y Tecnología, mediante la convocatoria de ayudas para el fomento de la cultura científica, tecnológica y de la innovación, y Ferrocarrils de la Generalitat de Catalunya.
Vagón de la Ciencia
Olga: Esto es Vagón de la Ciencia, el proyecto de la UAB dedicado a la divulgación científica. En esta primera edición consta de 19 capítulos sobre salud mental, y en este nos centramos en la promoción del bienestar en la salud mediante la actividad física y un descanso adecuado y, para ello, nos acompaña Albert Feliu Soler, doctor en Psicología de la Salud, profesor del Departamento de Psicología Clínica y de la Salud de la Universitat Autònoma de Barcelona y miembro del Grupo de Investigación Psicológica en Fibromialgia y Dolor Crónico de la UAB.
Hola.
Albert F.: Hola, encantado.
Olga: Y también nos acompaña Antoni Sanz Ruiz, doctor en Psicología, profesor del Departamento de Psicología Básica, Evolutiva y de la Educación de la Universitat Autònoma de Barcelona, miembro del Grupo de Investigación en Estrés y Salud y coordinador del equipo NAT.
Hola, Toni.
Toni S.: Hola, ¿qué tal?
Olga: ¿Hacer algún tipo de actividad física y descansar lo que corresponda a cada edad incide en nuestro bienestar?
Toni S.: Totalmente. De hecho, se considera que la práctica de actividad física y los buenos hábitos de sueño son dos de los seis pilares fundamentales de un estilo de vida saludable, junto con otros como la gestión de las emociones, las relaciones personales, la nutrición, etcétera.
Olga: ¿Ejercicio físico y actividad física son lo mismo?
Toni S.: No son exactamente lo mismo. De hecho, actividad física es cualquier movimiento que genere un gasto energético. Si resulta que esta actividad física la haces de manera planificada y regular, con una intencionalidad, entonces es ejercicio. Y si este ejercicio lo haces de manera competitiva y bajo unas reglas, entonces ya lo llamamos deporte.
Olga: Todas las personas que ahora están pensando «yo con dormir cuatro horas me basta y la actividad física no está hecha para mí», ¿deberían darle una vuelta?
Albert F.: Sin duda. En el sentido de que siempre se puede intentar encontrar un punto medio entre hacer deporte cada día y no hacer nada. Así, la idea es intentar incrementar la frecuencia y también encontrar espacios y momentos para poder estar más activos durante todo el día. De hecho, la evidencia sobre los beneficios que tiene hacer ejercicio de manera regular sobre el estado de ánimo es cada vez mayor. Básicamente reduce la sintomatología depresiva, la ansiedad y mejora el bienestar y la calidad de vida.
Olga: En los años ochenta del siglo pasado, en Japón, apareció el concepto de shínrin-yóku, que aquí llamamos baño de bosque, y que consiste en adentrarnos en el bosque con todos los sentidos. Cuarenta años después, hay evidencias científicas que avalan los beneficios psicológicos de la práctica de esta actividad en la naturaleza. Toni, tú eres coordinador, decíamos, del equipo NAT, Nature, Activity and Therapy, que se centra en nuevos enfoques terapéuticos. ¿El impacto de las actividades deportivas y de ocio varía en función del entorno en el que se desarrollan? ¿No es lo mismo un bosque que la Diagonal de Barcelona?
Toni S.: Sí, totalmente. De hecho, hace muchas décadas que tenemos evidencia de que la práctica de actividad física tiene un efecto beneficioso para la salud en general y para la salud mental en particular, pero sabemos desde hace quizás no tantas décadas, desde hace pocos años, que si esta práctica de actividad física se hace en un determinado contexto, natural, da igual si es verde o azul, es decir, tanto da si es en el mar como en la montaña, se potencia el efecto beneficioso para la salud mental que tiene la práctica de actividad física.
Olga: Desde este equipo de investigación impulsáis, decíamos, el proyecto NAT. ¿En qué consiste?
Toni S.: Bueno, por un lado estamos investigando qué efectos sobre las emociones, los pensamientos, el comportamiento y las relaciones sociales produce la práctica de actividad física en la naturaleza para promover un cambio de estilo de vida saludable en la población general. Pero por otro lado, también estamos investigando si la práctica de actividad física en la naturaleza se puede combinar con las terapias psicológicas habituales para promover beneficios en la salud de personas que tienen trastornos como, por ejemplo, dolor crónico, trastornos de ansiedad, depresión, etcétera.
Olga: ¿Y cuándo empezasteis a intuir que el entorno sí importaba y que valía la pena hacer un estudio, hacer investigación?
Toni S.: Bueno, es como todo. La ciencia muchas veces empieza por la curiosidad y la casualidad. Y, en nuestro caso, éramos un grupo de investigadores, profesores de la Facultad de Psicología de la UAB, que hace unos años estábamos compartiendo experiencias de naturaleza, experiencias de deportes de riesgo en la montaña y, a través del intercambio de opiniones, tomamos conciencia de que a todos nos estaba pasando lo mismo: utilizábamos la práctica de actividad física en la naturaleza como terapia antiestrés de una manera intuitiva. Pensamos: «ostras, de aquí podría salir el germen para hacer una investigación científica más sistemática». De hecho, empezamos a ver que había otros grupos de investigación que estaban investigando exactamente lo mismo y nosotros nos sumamos para hacer una colaboración y contribuir al conocimiento científico en la medida de lo posible.
Olga: Cuando se empezó a concretar esta intuición, ¿cómo llevasteis a cabo la investigación?
Toni S.: A ver, el proyecto de investigación NAT, Terapias de Actividad en la Naturaleza, es muy amplio y, por lo tanto, hacemos muchos estudios y utilizamos muchas metodologías, pero, para que se entienda un poco lo que sería el cambio de marco contextual. Antes, hace unos cuantos años, yo hacía investigación en laboratorio y eso quiere decir que llevaba una bata blanca y que recibía a personas que participaban en sesiones experimentales, las llevaba a una silla, les ponía un montón de cables, electrodos, sensores... y las ponía frente a una pantalla de ordenador a hacer pruebas matemáticas, pruebas lingüísticas y, mientras tanto, yo evaluaba los cambios fisiológicos que se producían, que forman parte de la respuesta al estrés. Ahora, actualmente, en el contexto del proyecto NAT, cuando tengo que preparar una sesión experimental, por decirlo de alguna manera, de este estudio, lo que me tengo que poner no es una bata blanca, sino unas botas, una mochila, un hidratador y, a menudo, además, tengo que coger cuerdas, casco de escalada... o sea, material deportivo de montaña. Por lo tanto, la experiencia desde el punto de vista subjetivo, para mí, también es...
Olga: Es más enriquecedora.
Toni S.: Y también terapéutica, por qué no decirlo.
Olga: ¿Cuáles son los efectos de practicar actividad física en la naturaleza? Esta investigación, cuando empezasteis a tener conclusiones, evidencias, ¿qué averiguasteis?
Toni S.: Sí, lo que sabemos, mediante la modesta aportación que hemos hecho nosotros al conocimiento científico con nuestro equipo de investigación, pero también lo que se sabe gracias a otras investigaciones que han hecho otros grupos de investigación de todo el mundo, es que una misma práctica de actividad física, cuando se hace en el medio natural, los beneficios son los mismos pero se intensifican. En este caso no estamos hablando de salud en general, sino en particular de la salud mental y, por tanto, los beneficios que ya se sabe desde hace décadas que se producen en la práctica de actividad física de todo tipo: de reducción de la ansiedad, de aumento de las emociones positivas y de reducción del estrés y otros beneficios como, por ejemplo, la mejora en las capacidades de memoria y de atención se potencian cuando la misma, exactamente la misma práctica de actividad física, se realiza en este entorno natural, tanto verde como azul, que comentaba antes.
Olga: Entonces, ¿también tendría sentido hacer terapia psicológica en la naturaleza?
Toni S.: Totalmente, de hecho, hay, se ha publicado hace nada, semanas, un estudio superinteresante en el que se pone de manifiesto que una terapia que se utiliza habitualmente y que se sabe que es muy eficaz para tratar el estrés, que es el MBCR por sus siglas en inglés, que la traducción al castellano sería la reducción del estrés basada en mindfulness, resulta que en este estudio se hacían tres grupos de personas, a unas se les aplicaba esta terapia en un contexto convencional, un hospital, una sala cerrada de un hospital, a un segundo grupo se le aplicaba en un entorno artificial, pero era exterior, y a un tercer grupo se le hacía ya directamente en la naturaleza. Resultados: ¿en los tres grupos hay mejora del estrés? Sí. Pero donde se potencia el efecto terapéutico es en el que hacía esta práctica terapéutica en un contexto natural. En el contexto de un parque natural, de hecho.
Olga: ¿Aunque fuera jugar al ajedrez, por ejemplo?
Toni S.: En este caso no era jugar al ajedrez, era una terapia psicológica muy concreta.
Olga: ¿Pero cualquier actividad física practicada en la naturaleza produce los mismos efectos sobre la salud mental y el bienestar emocional?
Toni S.: A ver, lo explicaré con una analogía. ¿Verdad que las personas que van a un gimnasio utilizan aparatos diferentes para trabajar músculos diferentes? ¿Y que cada uno de los aparatos tiene unos efectos concretos?
Olga: Mmm.
Toni S.: Pues tenemos la sospecha, que aún no la evidencia, empezamos a construir la evidencia científica, de que cada modalidad deportiva practicada en la naturaleza podría producir efectos diferentes en diferentes ámbitos de las emociones, del procesamiento de la información que hace el cerebro, de las relaciones interpersonales y del comportamiento en general. Ahora bien, del mismo modo, también puedo decir que la práctica de actividad física en la naturaleza tiene unos efectos comunes. Por ejemplo, en un estudio reciente que acabamos de hacer, hemos comprobado que, comparando, por ejemplo, esto lo hemos hecho en el parque natural de Sant Llorenç del Munt, aquí, que mucha gente seguramente debe de haber subido alguna vez a La Mola, ¿no? Pues, comparando el senderismo con el trail running, hemos visto que el trail running sirve más que el senderismo para trabajar la atención, la capacidad de concentración de las personas, pero, en cambio, para trabajar la autoestima, tanto da practicar senderismo o practicar trail running, del mismo modo, por analogía, también es cierto que cualquier actividad deportiva que hagas tiene unos beneficios sobre el metabolismo o sobre la actividad cardiovascular.
Olga: Ahora ya sabemos que las actividades deportivas y de ocio en el entorno natural tienen un efecto positivo en nuestro bienestar, pero ¿sucede lo mismo en las personas que sufren un trastorno como la fibromialgia o el dolor crónico?
Albert, tú eres miembro del Grupo de Investigación Psicológica en Fibromialgia y Dolor Crónico de la UAB, ¿hay abordajes no farmacológicos que pueden mejorar el bienestar de las personas que sufren, como decíamos, fibromialgia o dolor crónico?
Albert F.: Sí, poco a poco van surgiendo, básicamente son intervenciones que combinan diferentes tipos de tratamientos, principalmente psicoterapia, terapia cognitivo-conductual, mindfulness, por ejemplo, como comentaba Toni, ejercicio físico terapéutico, que quiere decir adaptado, acompañado por un profesional, y también educación en neurociencia del dolor, que es un tipo de educación que se está viendo que puede ser muy eficaz para personas con fibromialgia o dolor crónico. Lo que pasa es que este tipo de intervenciones, por desgracia, no se hacen en muchos sitios, todavía, y poco a poco van incrementando su presencia en el sistema público. El ejercicio físico en este caso puede tener un papel muy importante a la hora de poner en práctica muchas de las herramientas que de hecho se trabajan también tanto desde la perspectiva de la psicoterapia como desde la perspectiva de la educación en neurociencia del dolor.
Olga: Uno de los proyectos que coordinas es el Cim Project, un club inclusivo de montaña, ¿en qué consiste?
Albert F.: No lo coordino yo, soy miembro y soy responsable de un área pequeñita de investigación, de momento pequeñita, en la que básicamente, de una manera también solapada al abordaje que hacen los compañeros de aquí de la Autònoma, lo que estamos intentando es sobre todo averiguar qué tipologías de ejercicio físico y en qué contextos pueden ser útiles, no solo para personas con fibromialgia o dolor crónico, sino en personas con otros tipos de condiciones médicas, básicamente esclerosis múltiple, fatiga crónica, etcétera. El club inclusivo de montaña se llama así con la idea de abrir las puertas a personas que hasta ahora, hasta el momento de encontrar el club, nunca habían tenido la oportunidad o los recursos o el acompañamiento para poder acceder al entorno natural que, como comentaba mi compañero, es tan eficaz y tan útil para trabajar diferentes aspectos relacionados con la salud, no solo en el sentido de reducir malestar, sino sobre todo de potenciar bienestar. Esta entidad sin ánimo de lucro está abierta a personas que tengan interés en acercarse a la montaña y a realizar este tipo de intervenciones, recibir este tipo de intervenciones, en un entorno natural.
Olga: Uno de los objetivos de las actividades que promocionáis desde este club inclusivo es la inclusión de personas con discapacidad, cronicidad o en proceso de envejecimiento. ¿Hasta qué punto es importante para ellas sumarse a un tipo de actividad que de entrada uno no pensaría que pudieran practicar?
Albert F.: Realmente, el hecho de poder exponerse a un reto de esta magnitud, pero ajustado a las necesidades de cada individuo, es una oportunidad para ponerse a prueba y también para potenciar otros aspectos que tienen que ver con la autoconfianza, con la autoestima, y poco a poco ir teniendo un estilo de vida más activo. Sin duda, inicialmente puede dar miedo el hecho de hacer ejercicio físico por ejemplo para una persona con fibromialgia, que sufre problemas relacionados con el dolor y con problemas de rigidez a lo largo de todo el día y de fatiga, pero el hecho de exponerse de una manera controlada, acompañada, a estos entornos y poco a poco ir prosperando, ir superando retos, para algunas de estas personas puede ser un elemento que acaba teniendo un rol importante en sus vidas. Se han demostrado a sí mismas que podían hacerlo y no solo eso, sino que a través de este viaje, a través de ir alcanzando retos, también su sintomatología ha podido mejorar.
Olga: ¿Y qué cambios se observan antes y después de estos baños de bosque?
Albert F.: Baños de bosque sería una de las actividades posibles que se podrían hacer en este entorno natural, y en un estudio que justo ahora hemos enviado a publicar hemos observado cambios muy en la línea de lo observado en otros colectivos, en otras personas sin dolencias, mejoras en sintomatología ansiosa, depresiva, mejoras, y esto es un aspecto interesante, a pesar de ser ejercicio físico, mejoras en fatiga, que es algo un poco curioso.
Olga: ¿Es posible?
Albert F.: Pues parece ser que sí. La fatiga es un elemento que está muy entrelazado con aspectos emocionales y el hecho también de encontrarte mejor desde un punto de vista de ansiedad y sintomatología depresiva, probablemente, también tiene un efecto vigorizante, energizante. De momento estamos observando esto, efectos de baños de bosque. Hay muchas otras historias que todavía no tienen investigación detrás, como, por ejemplo, ascensiones a picos, con raquetas de invierno, en las que personas con fibromialgia, fatiga crónica, acompañadas por un equipo desinteresado de fisioterapeutas, psicólogos, técnicos de montaña, de voluntarios, de manera conjunta, han ido superando retos y, a la vez, mejorando su calidad de vida, que al final es lo que importa.
Albert Feliu Soler y Toni Sanz Ruiz, doctores en Psicología y profesores de la Universitat Autònoma de Barcelona, gracias por haber subido al Vagón de la Ciencia.
Albert F.: A vosotros.
Olga: Y si queréis saber más, escuchad otro capítulo.