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"La economía social y solidaria se ha comportado mejor con la crisis"

AmaiaAlvear
Amaia Alvear, investigadora del Gezki-Instituto de Derecho Cooperativo y Economía Social de la Universidad del País Vasco-EHU, ha venido a la Facultad de Ecomía para ofrecer una conferencia sobre las incubadoras sociales universitarias como herramientas de transformación socioeconómica, en la inauguración del Postgrado de Economía Social y Solidaria que imparte la UAB este curso por primera vez.

01/03/2018

"La economía social y solidaria es una manera de vivir, trabajar y consumir diferente"


-¿Qué relación tiene con la “economía social y solidaria”?
-He estado trabajando como técnica de economía social en algunas entidades e investigando en el Instituto de Derecho Cooperativo Gezky. Tengo el master de Economía Social que impartió la UPV, y he trabajado en el proyecto de la universidad como transformadora, así como para poder incluir la economía social y solidaria en los diferentes grados y en los masters.
 
-¿Qué es la economía social solidaria?
-Es un alternativa real a la economía capitalista que hoy impera en nuestra sociedad. Existen alternativas económicas e iniciativas desde el consumo, la producción o los servicios, que ponen en el centro a la persona por encima del capital.
 
-¿Qué experiencias de incubadoras sociales universitarias existen?

-En la península no existe ninguna. Fuera, destaca la experiencia de incubadoras en Brasil, donde empezaron a funcionar hace 20 años, en un momento en que se juntó la crisis y el auge de la economía social, y a la vez una demanda que se le hacía a la universidad para que tuviera un rol social y estuviera al servicio de la sociedad. En la Universidad de Sao Paolo surgió la primera incubadora. Son grupos de personas que provenían de diferentes disciplinas que se juntaron para dar herramientas a la gente de las favelas.
 
Por ejemplo, la gente de favelas querían montar una cooperativa pero no sabían como, y la gente de universidad les guiaba para que lo pudiesen montar. Hoy en día ya hay más de 100 incubadoras en el país, que incuban proyectos de economía social.
 
En el sur de Francia, en Marsella, también existe el proyecto Intermade, fuera dela universidad, que hacen acompañamiento específico a iniciativas.
 
-¿Y en Guipúzcoa, de donde procedes, que tipo de incubadora habéis hecho?

-Al final, no es una incubadora social universitaria; ahora ha dado un giro, porque había otro movimiento en la Universidad de Mondragon, y otras iniciativas territoriales, y lo hemos fusionado todo. Hemos creado Koop Fabrika, que es una incubadora social territorial. Desde el Instituto Geszki se trabaja la investigación de esta incubadora. Son iniciativas colectivas, sobretodo cooperativas, la mayoría de servicios porque son las que menos capital inicial necesitan. Son personas entre 25-40 años con titulaciones universitarias de Guipúzcoa. Unos ofrecen consultoría en educación, otros son empresas de comunicación, otros hacen pasta fresca, hay un grupo que hace talleres de circo, etc.
 
-¿Qué características tienen que tener estos proyectos?
-Son proyectos enraizados en el territorio, la mayoría son colectivos, tienen un impacto social positivo en el territorio que se desarrollan, se organizan democráticamente y horizontalmente. Tienen que ser económicamente sostenibles, aunque no es el objetivo principal de las empresas. En ellas los cuidados a las personas, a los propios trabajadores, son esenciales (la persona es lo primero).  
 
-Parece que con la crisis económica ha resurgido este movimiento.

-Hay varios estudios que constatan que con la crisis económica la economía social y solidaria se ha comportado mejor, se ha destruido menos empleo. Y después de la crisis la gente se ha dado cuenta que este tipo de economía no es sostenible y que no es una buena manera de hacer economía.
 
-¿Por qué no llega a  más personas este tipo de economía?
-Bueno, poco a poco va llegando más a la gente. De hecho, yo diría que está de moda, por razones obvias. Pero hay que ser realista, y hay que convivir con los dos tipos de economía.
 
-¿Por que no existe formación reglada en este ámbito?

 
- En el País Vasco hay un master, que nos costó mucho conseguirlo, y en la Unviersidad de Valencia y en Madrid hay posgrados y masters.
 
Hay una ola de gente, al menos en Guipúzcoa por lo que yo conozco, que quiere hacer economía de otra manera. De ahí surge Olatukoop y Koopfabrika. Olatukoop es una red de cooperativas de gente joven que quiere montar proyectos de vida de una manera diferente.
 
¿Que ha pasado hasta llegar aquí?

-El otro día estuvo de Barcelona Hernán Córdoba, de Ciudad invisible, en Barcelona,  decía que somos la generación de frustrados, porque parecía que si estudiabas una carrera y te formabas bien te ibas a comer el mundo y tener un trabajo digno, y no ha sido así, ni mucho menos. Mucha de la gente que está en KoopFabrika es gente que quiere tener otro tipo de vida. Es una manera de vivir, de consumir, de trabajar diferente.
 
-Pero supongo que tienes que estar dispuesto a renunciar a unas seguridades y comodidades.
 -Sí, nadie se mete en la economía social y solidaria para hacerse rico. Es un cambio de mentalidad total. Es duro el camino, pero es gente convencida, es un tipo de vida diferente, muchos de ellos vienen de la militancia en movimientos sociales, y tienen claro que hay que hacer otro tipo de vida.
 
 
-¿El País Vasco fue de los primeros en este movimiento?
-Sí, fuimos de los primeros, pero ahora Catalunya ha cogido las riendas de todo este movimiento, va a la cabeza. En Catalunya todo lo que se está haciendo en Sants, por ejemplo, es un referente. De hecho la semana pasada vinieron de Barcelona a formarnos. No conozco toda Catalunya, pero Barcelona es un referente a nivel social. Al menos en el País Vasco, siempre tenemos puesto un ojo puesto aquí.
 
-¿Qué vas a explicar en la charla?
-La idea empezó con una cooperatización del sector de los cuidados, fue un encargo de la diputación de Guipúzcoa sobre la posibilidad de investigar que mujeres migrantes que trabajan en el sector de cuidados pudieran formar una cooperativa. Y paralelamente vimos lo de Brasil y Francia, y empezamos a hacer talleres, y al final en vez de hacer la incubadora, creamos KoopFabrika que va más allá.
 
Nosotros desde la universidad queremos crear un ecosistema de profesorado que pudiese ayudar en este tipo  de proyectos, dirigiendo Trabajos Fin de Grado y Trabajos Fin de Master, e investigadores, que impulsasen todo ello.