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02/2013

Los poderes visuales de un joven marqués. ¿Qué podemos decir desde la historia de la ciencia?

Del año 1923 al 1926, durante la dictadura de Primo de Rivera, surgió en la prensa española una acalorada polémica sobre la posibilidad de un poder visual desconocido. El joven hijo de un marqués había demostrado, ante diversas autoridades, que era capaz de ver el contenido de cajas metálicas totalmente cerradas. Padre, hijo y diversas personalidades del mundo científico i técnico de la época creyeron firmemente en la posibilidad de esta extraordinaria visión. Estudiar estos tipos de casos desde la historia de la ciencia permite entender mejor cómo funciona la producción científica en la sociedad, a la vez que saca a la luz las creencias que hay detrás de toda mirada de la realidad y cómo se construyen los hechos y teorías científicas.

En 1923 saltaba a la prensa un caso extraordinario. Joaquim Argamasilla, hijo del marqués de Santa Cara, podía ver el contenido de cajas cerradas, presuponiendo en él una visión extraordinaria. Con los ojos vendados, el chico, que entonces tenía 18 años, era capaz de leer escritos dentro de cajas cerradas o de decir la hora exacta de relojes con la tapa cerrada. Repetidas sesiones en casa del marqués bajo la mirada atenta de diferentes autoridades: notarios, ingenieros, médicos, físicos, políticos, escritores y periodistas le dieron al caso considerable notoriedad.

Este era uno de los fenómenos posibles, junto a la telepatía, la levitación, la materialización y la telekinesis (mover objetos a distancia), por ejemplo, que estudiaban los que pensaban que la mente tenía poderes ocultos. Estos "científicos de lo oculto" hacían experimentos con personas que se creían sensibles a poder realizar este tipo de proezas físico-psíquicas: los y las médiums. Metapsíquica fue el término que el fisiólogo francés y premio Nobel, Charles Richet, propuso como ciencia que debía estudiar este tipo de fenómenos que, en otros contextos, han recibido el nombre de paranormales.

El marqués de Santa Cara, él mismo interesado en la Metapsíquica y haciendo experimentos sobre clarividencia-la posibilidad de conocer el pasado, el presente y el futuro a distancia-, "se había" encontrado con esta supuesta nueva facultad humana, la visión a través de cuerpos opacos de su hijo. Padre e hijo, recomendados por un académico de la Real Academia de Ciencias de Madrid, Amalio Gimeno Cabañas, viajaron a París donde Richet confirmó la poderosa capacidad visual del chico. Animados, un año después, emprendieron otro viaje, esta vez en Estados Unidos, para que la Boston Society for the Psyquical Research, dedicada a este tipo de estudios, investigara al chico.

La prensa de la época informó del éxito que la sorprendente visión del chico despertaba. Pero este éxito se vio pronto enturbiado. Un año más tarde, y mientras el padre promocionaba el caso en España, el psiquiatra Gonzalo Rodríguez Lafora "filtró" a la prensa española la explicación que el mago Houdini había hecho sobre el "vidente" en Norte América. El gran prestidigitador Harry Houdini, ya entonces reconocido internacionalmente, colaboraba esporádicamente con aquella sociedad "de investigaciones psíquicas" justamente para desenmascarar posibles fraudes. Argamasilla tuvo la mala suerte de ser examinado por el mago y éste, afirmando que la única habilidad que el chico tenía era la de levantar ligeramente la tapa de las cajas para ver dentro, publicó sus supuestos trucos.

Más allá de la anécdota, de entrada, lo que interesa a los historiadores de la ciencia es poder explicar el hecho de que esta visión fue tenida como real, no sólo por metapsíquics convencidos de la realidad de todos estos fenómenos supranormals sino también por científicos españoles de renombre y vinculados a la Real Academia de las Ciencias. Científicos como Blas Cabrera (1878-1945) o Leonardo Torres Quevedo (1852-1936). Científicos internacionales reconocidos también estudiaron estos fenómenos paranormales y creyeron en su existencia real e incluso, en diferente medida, propusieron explicaciones.

En Cataluña, el médico y político republicano de Lleida, Humbert Torres y Barberà (1879-1955) y el bacteriólogo barcelonés Jaume Ferran i Clua (1951-1929) eran seguidores entusiastas de Richet e hicieron algunos experimentos psíquicos por su cuenta. Ferran mantuvo en privado su interés, aunque prologó la primera traducción del libro de Richet (Traité de metapychique, 1922), mientras que Torres hizo defensa pública y dio varias conferencias en el Ateneo leridano.


Figura: Portada del libro de Houdini: "Houdini exposes the tricks used by the Boston medium Margery; also a complete exposure of Argamasilla" (1928).

El historiador de la ciencia tiene que intentar comprender y explicar los argumentos y justificaciones que hay detrás de ciertas creencias que tienen su momento histórico y su contexto político y social. En particular, para este caso, tuvo cierto apoyo una teoría que postulaba la captación por parte del cerebro del chico de unos rayos capaces de traspasar cuerpos opacos. En la época se vincula con ciertos saberes que circulaban como nuevas teorías sobre la propagación de las ondas, la "moda" del descubrimiento de rayos (en competiciones internacionales para tener la primacía nacional), las primeras postulaciones de una parte inconsciente de la mente o la, entonces reciente, postulación de la teoría de la relatividad.

La historia de la ciencia debe incluir debates y polémicas que estén al margen de la ciencia ortodoxa del momento, para entender mejor cómo funciona la producción científica en la sociedad. Desde el punto de vista historiográfico, el estudio de casos como éste presenta nuevos retos a la historia de la ciencia. ¿Cómo debe tratar esta lo que después ha quedado en sus márgenes? ¿Asuntos, discusiones y teorías que han sido rechazadas como no científicas? Hacer historia de ciencias "marginales" (boundary-works) fuerza a los historiadores de la ciencia a incluir nuevos actores y espacios.

Científicos amateurs, el público, técnicos, magos o incluso feriantes, configuran diferentes escenarios que también han contribuido a construir cultura científica. Los escenarios, además, reconfiguran la producción científica. En nuestro ejemplo, la casa del marqués de Santa Cara hizo que las experiencias debieran cumplir también ciertas normas de etiqueta que condicionaron la aparición del fenómeno y su discusión.

La investigación de estas producciones científicas heterodoxas nos permite comprender mejor las construcciones discursivas que definen cualquier hecho objeto de estudio. Hacer historia de estos casos deja entrever, de forma más patente, las creencias que hay detrás de toda mirada sobre la realidad y cómo, construir un hecho y derivar unas teorías, condiciona la manera misma que tenemos de relacionarnos con esta realidad.

Mònica Balltondre Pla.

Referencias

Mülberger, Annette i Balltondre, Mònica (2013). "En el umbral de lo desconocido: Un caso de visión extraordinaria en la España de Primo de Rivera" Dynamis, 33 (1), 195-216. Mülberger, Annette i Balltondre, Mònica (2012). "Metapsychics in Spain: Acknowledging or questioning the marvelous?" History of the Human Sciences, 25 (2), 108-130.

 
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