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12/2006

Mejores resultados de lo que se creía en el tratamiento de la hidrocefalia

La hidrocefalia de ?presión normal? es una rara enfermedad de la que aún sabemos poco. La causa más frecuente es una anomalía en los mecanismos de la eliminación de una substancia del interior del cráneo, el líquido cefalorraquídeo. Habitualmente, el tratamiento consiste en colocar una derivación interna que corrige la eliminación del líquido cefalorraquídeo. Hasta ahora se consideraba que este tratamiento tenía un índice bajo de éxito y genera excesivas complicaciones. Investigadores de la UAB han descubierto que no es así.

La hidrocefalia de “presión normal” (HPN) es una entidad todavía poco conocida, en la que el paciente puede presentar alteraciones de la marcha, incontinencia de esfínteres y una demencia progresiva. La causa más frecuente de este síndrome es una alteración de los mecanismos de eliminación del líquido cefalorraquídeo (LCR) y el tratamiento habitual es la colocación de una derivación interna de LCR. El aumento en la esperanza de vida de la población ha condicionado un incremento en la prevalencia de esta entidad, aunque siguen existiendo importantes controversias relacionadas con su diagnóstico y tratamiento. Estudios recientes han señalado que el porcentaje de pacientes que mejoran después de la colocación de una derivación de LCR sigue siendo bajo y que el índice de complicaciones continúa siendo excesivamente elevado.

Clásicamente se consideraba que los pacientes con una HPN en los que no existía una causa etiológica conocida (casos idiopáticos), con un tiempo de evolución prolongado, que se acompañaban de un aumento de tamaño de los surcos corticales (atrofia cerebral) y con demencia importante no mejorarían después de la implantación de una derivación de LCR. Sin embargo, la presencia de varios de estos elementos es cada vez más frecuente, especialmente en los pacientes que presentan una demencia de origen mixto (HPN asociada a una enfermedad de Alzheimer o infartos cerebrales múltiples), por lo que consideramos que el valor de estos signos clásicos de mal pronóstico debía ser reconsiderado, con el objeto de no privar de tratamiento a un grupo importante de pacientes que podían mejorar despuésdel tratamiento quirúrgico.

De una serie inicial de 56 pacientes, seleccionamos 12 que presentaban de manera simultánea los cinco criterios mencionados y considerados clásicamente como de mal pronóstico: etiología idiopática, edad avanzada, enfermedad de larga evolución, presencia de atrofia cortical y puntuación baja en el test de minimental de Folstein (< 24 puntos). Después del tratamiento, el 92% de los pacientes mejoraron de forma global; la marcha mejoró en un 100% de los pacientes afectados, mientras que el 90% presentó una mejoría en el control de esfínteres y en un 30% mejoró su demencia. Los resultados de este estudio constatan que es posible conseguir un índice de mejoría clínica muy elevada en los pacientes con una HPN, incluso cuando presentan criterios que antes considerábamos de mal pronóstico. Esta consideración debe estar siempre presente cuando nos enfrentamos a un paciente con demencia y posible HPN.

MA Poca
Servicio de Neurocirugía - Hospital Universitario Vall d'Hebron

Referencias

Poca MA, Mataró M, Matarín M, Arikan F, Junqué C, Sahuquillo J. Good outcome in normal pressure hydrocephalus patients with factors indicating poor prognosis. J Neurosurg 2005; 103: 455-463

 
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