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21/01/2020

El castellum de Puig Castellar de Biosca: la excepcional fortaleza militar romana que la arqueología está descubriendo

Castellum romà de Puig Castellar de Biosca
Durante los primeros años de la conquista de Hispania, las tropas romanas que iban desde la costa mediterránea hacia el interior necesitaban apoyo logístico y espacios en los que resguardarse. Por ello, construyeron recintos en puntos estratégicos, cerca de las vías por las que transitaban. Los trabajos arqueológicos que un equipo de investigación de la UAB está haciendo desde hace seis años en un yacimiento de Lleida están sacando a la luz una excepcional construcción de este periodo: el castellum de Puig Castellar de Biosca, considerado uno de los ejemplos de arquitectura militar romana más antiguos de la Península Ibérica.

Las excavaciones que realiza el equipo de Arqueología Clásica de la UAB (Departamento de Ciencias de la Antigüedad y de la Edad Media) en el yacimiento de Puig Castellar de Biosca, comarca de La Segarra (Lleida), han puesto al descubierto los restos de una imponente fortaleza militar de época romana, definida tipológicamente como un castellum. Este establecimiento constituye, hoy por hoy, uno de los ejemplos más antiguos conocidos de una instalación militar romana en la Península Ibérica, una fortificación que podemos datar de los primeros años de la conquista romana de Hispania, a inicios del siglo II aC. 

El yacimiento de Puig Castellar se sitúa en la cumbre de un pequeño cerro desde el que se domina visualmente el valle del río Llobregós, afluente del Segre. Desde este emplazamiento estratégico, se controlaba un antiguo camino utilizado por los romanos para desplazar tropas y suministros desde las bases logísticas y campamentos de la costa (castra hiberna), como por ejemplo el de Ampurias, hasta los frentes de guerra que en aquellos momentos estaban en la Meseta Central, con la guerra de Numancia como el conflicto más conocido de este periodo. En este contexto, la guarnición militar instalada en la fortaleza segarrense aportaba seguridad y servicios logísticos a las tropas que constantemente transitaban arriba y abajo por esta vía.

Las excavaciones que la UAB lleva a cabo desde hace seis veranos han permitido descubrir un recinto fortificado de 1,5 hectáreas, que se encontraba cerrado y protegido por una sólida muralla reforzada con torres de defensa, unas construcciones que todavía se pueden reseguir en buena parte de su trazado perimetral. A tocar de esta muralla se ha localizado también un conjunto de habitaciones relacionadas con los habitáculos de la tropa, así como también almacenes y talleres. Todo este complejo habitacional se encuentra, en estos momentos, en curso de excavación y ha de permitir conocer cómo era la vida cotidiana de los soldados que vivían. 

La joya del yacimiento: el centro de mando
Pero el elemento que hace de Puig Castellar un yacimiento excepcional es el gran edificio situado en la cumbre del cerro, identificado como el centro de mando del complejo militar (principia). Se trata de una construcción de planta regular con 18 habitaciones y salas, organizadas alrededor de un patio distribuidor central. De este edificio soberano cabe destacar las paredes, construidas sobre una sólida base de sillares, las pinturas murales con molduras ornamentales que decoraban los interiores de algunos de los aposentos y unos espectaculares pavimentos de terrazo de diferentes colores. 

También cabe destacar la existencia de una gran cisterna tallada en la roca para el almacenamiento de agua pluvial con una capacidad de 35 metros cúbicos, una infraestructura imprescindible y vital en este tipo de instalación militar. 
A día de hoy, no podemos descartar del todo que en Puig Castellar, además de la función militar, se ubicara un centro de representación del poder romano en la zona o una base de planificación territorial. 

Este conjunto arquitectónico constituye uno de los testigos más antiguos de arquitectura suntuaria romana hallado en Hispania dentro de un contexto militar. La gran cantidad y diversidad de cerámicas de importación de origen itálico y africano encontradas en el yacimiento nos han ayudado a marcar un horizonte cronológico muy preciso, que situamos entre los años 180 y 120 antes de Cristo. 



Una fortaleza de vida corta
La fortaleza de Puig Castellar tuvo una vida corta de no más de 60 años. El abandono coincidió con la fundación, en torno al 120 aC, de la ciudad romana de Iesso, situada en Guissona y que también excava nuestro equipo. Antes de abandonar el castellum los militares destruyeron totalmente las instalaciones, una práctica que era bastante habitual cuando el ejército abandonaba una fortaleza en la que no tenían pensado volver a instalarse. Esta acción destructiva ha contribuido negativamente a la conservación de los restos. Aún así, podemos afirmar que el valor patrimonial de Puig Castellar es muy grande, porque es uno de los ejemplos de arquitectura militar romana en su tipología más antiguos localizados en la Península Ibérica.

El equipo que excava Puig Castellar está dirigido por el profesor Joaquim Pera y lo forman los profesores Cèsar Carreras, Esther Rodrigo, Nuria Romaní y la estudiante en prácticas Laia Catarineu. En los trabajos de campo han participado hasta ahora más de 100 estudiantes del grado de Arqueología de la UAB y estudiantes de doctorado.

Joaquim Pera
Departamento de Ciencias de la Antigüedad y la Edad Media
Universitat Autònoma de Barcelona

Referencias

Pera Isern, J.; Rodrigo Requena, E.; Romaní Sala, N. y Carreras Monfort, C. Puig Castellar de Biosca (Lleida). Una fortificación romana del siglo II a. C. en el noreste de la Hispania Citerior. Gladius, XXXIX (2019): 19-43. https://doi.org/10.3989/gladius.2019.02

 
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