Intervención de Francesc Romagosa en un artículo sobre la recuperación de espacios naturales en la Costa Brava

Costa Brava urbanitzada
En el artículo "De la costa virgen y brava a la costa urbanizada", publicado en el Diario "Ara" el pasado 8 de junio, varios expertos en naturaleza y territorio, entre ellos, el Responsable de Investigación de la Escuela, el profesor Francesc Romagosa, impulsan la necesidad de recuperar espacios naturales en la Costa Brava para asegurar la supervivencia de especies en peligro de extinción.

13/06/2019

La urbanización del territorio de la Costa Brava, con el boom turístico de los años 60 y 70 del pasado siglo, comportó un "efecto barrera entre el mar y tierra", donde se perdieron la conexión de espacios naturales entre sí que favorecieran el paso de las especies y la conservación de su hábitat natural.

En el artículo "De la costa virgen y brava a la costa urbanizada", publicado al Diario "Ara" el pasado 8 de junio, varios naturistas y geógrafos analizaban las consecuencias de esta fuerte urbanización del litoral gerundense, entre ellos, el profesor y Responsable de Investigación de la Escuela, Francesc Romagosa, que denunciaba los efectos negativos que había originado este "efecto barrera o muro", e impulsaba la idea de crear conexiones naturales para el "buen mantenimiento de los ecosistemas y para la calidad del paisaje". La pérdida de espacios naturales generó la reducción de la población de varias especies animales, como el águila pescadora o el erizo terrestre, e incluso, había algunas en peligro de extinción.

A pesar de que los expertos consultados narraban que se realizaron auténticos desastres naturales, también se mostraban esperanzados porque también se habían realizado acciones para preservar el medio ambiente, como la declaración de tres parques naturales en el Empordà: els Aiguamolls, el de Cap Roig, y el del Montgrí y las Islas Medes; que disfrutaban de protección; y también la recuperación de espacios naturales que habían acogido anteriormente construcciones turísticas.

En este sentido, en la pieza periodística, se mostraba el caso de la playa de la Pletera de l'Estartit, donde gracias a un proyecto de desurbanització se restauraron humedales, y un sistema de lagunas y dunas. Para Romagosa ésta era "una muestra que también se podía optar por dar marcha atrás en vez de seguir urbanizando", y que era necesario aprovechar la moratoria y el nuevo Plan Director Urbanístico (PDU) vigente para parar la construcción, y conservar los valores ecológicos y naturales que hacían la Costa Brava singular y preciada.

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