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"Más vale llegar más tarde y ser fiables que contar mentiras"

Aidan White
A pesar de los problemas que afronta el periodismo hoy en día, Aidan White, director del Ethical Journalism Network, lanza un mensaje optimista a los futuros profesionales porque viven "el momento de un gran cambio". El 19 de septiembre, participó en la jornada "Ética y periodismo", en la UAB.

23/09/2016

Aidan White es director de Ethical Journalism Network, una red global que defiende el periodismo de calidad y las conductas profesionales éticas en el sector. Participó en la jornada "Ética y periodismo", que tuvo lugar el pasado 19 de septiembre, en la Facultad de Ciencias de la Comunicación. Destacados profesionales compartieron sus puntos de vista sobre las cuestiones éticas que plantea el ejercicio del periodismo a lo largo del encuentro, que estaba organizado por el Departamento de Periodismo y de Ciencias de la Comunicación y el Gabinete de Comunicación y Educación. White pronunció la conferencia "Ética y periodismo: una perspectiva global".

En España, ha aumentado la precariedad laboral en el mundo del periodismo. ¿Es un fenómeno global?

El periodismo atraviesa una crisis existencial. Durante los últimos 15 ó 20 años, hemos visto cerrar periódicos y desaparecer muchos puestos de trabajo. Hay menos inversiones, menos periodismo de investigación, etc. Es una crisis estructural que está provocando grandes problemas, pero hay otras crisis al margen de la económica. En Europa, por ejemplo, durante los seis primeros meses de este año, ha habido más de 400 actos de intimidación y violencia contra periodistas y seis periodistas han sido asesinados. Pero la mayor crisis del periodismo afecta a su credibilidad y a su futuro, y ésa es también una crisis del conjunto de la sociedad y de la democracia. Tenemos el reto apasionante de encontrar maneras de restablecer la capacidad del periodismo de proveer buena información a la sociedad.

¿Cuál es el estado de la valoración social del periodismo?

Está teniendo lugar una revolución tecnológica y ha cambiado por completo la manera de enviar y recibir información: podemos obtener información de un teléfono, por lo que la gente no compra periódicos ni ve las noticias de las nueve de la noche para saber lo que está pasando. A la vez, hay menos periodismo de investigación, menos periodistas especializados en los medios de comunicación, hay pocos corresponsales extranjeros... Tenemos más acceso a la información que nunca pero menos acceso a información creíble y fiable. Hay que fortalecer el periodismo. Aquí, en la facultad, hay unos cuantos estudiantes que empiezan este año la carrera. ¿Deberían ser optimistas? En mi opinión, cualquiera que se esté incorporando ahora al sector debería sentirse afortunado porque llega en el momento de un gran cambio.

Parece que la extrema inmediatez de las redes sociales ha creado una histeria por la rapidez en las redacciones.

Por supuesto. Durante el atentado en Niza, los principales medios de Europa sufrieron una crisis: tenían muchas imágenes y se preguntaban cuáles usar. Era una pregunta difícil porque sabían que, al mismo tiempo, Facebook y otras redes sociales estaban transmitiendo imágenes de violencia explícita por todo el continente. Los medios pusieron freno y dijeron: "tenemos que ser éticos, elegir fotografías humanas y respetar a nuestras audiencias". Ése es el tipo de crisis cotidiana que está viviendo el periodismo y, para mí, es una buena crisis. Necesitamos un periodismo "lento": tomarnos tiempo para pensar en las consecuencias de lo que hacemos y de cómo lo hacemos.

Por lo tanto, no podemos competir en rapidez pero sí en calidad.

Nunca debemos competir en rapidez, y nunca debemos sacrificar la calidad por la inmediatez. La rapidez es útil e importante pero es mejor llegar más tarde y ser fiables. Más vale eso que contar mentiras.

¿Cómo hacer que el periodismo de calidad sea económicamente viable o rentable?

No tengo una respuesta para eso, ni nadie la tiene. Cuando yo trabajaba en The Guardian, era el décimo periódico de Reino Unido en términos de tirada y, ahora, es el segundo mayor proveedor de noticias online en todo el mundo angloparlante. Su calidad ha llegado al máximo y tiene mucho éxito pero, ¿puede ganar dinero? No. Es una gran crisis: si el buen periodismo no es capaz de generar beneficios, ¿quién pagará por él en el futuro? Esa pregunta debe obtener una respuesta porque la democracia confía en la provisión de buena información.

¿Son fundamentales los fondos públicos?

Lo son, pero de diferentes maneras. No sólo se trata de impuestos sobre lo que consumimos. Facebook es un buen ejemplo: es el mayor publicador mundial de noticias pero se considera a sí misma como una empresa tecnológica. No me parece aceptable. Una empresa que tiene unos 400.000 millones de dólares, ¿no debería contribuir al sector? Se necesita voluntad política y compromiso para construir un movimiento en defensa del rol del periodismo en una sociedad democrática.

Hoy en día, ¿trabajan con más independencia los periodistas freelance que los periodistas de redacción? ¿Tienen más peso dentro del gremio?

Sí. Años atrás, hablábamos de medios de comunicación y periodismo como una misma cosa. Hoy en día, ya no. A menudo, la mayoría de periodistas que producen la información son freelance y muchos de ellos no son periodistas a tiempo completo. Por tanto, la comunidad periodística está fragmentada. Ya no trabajaremos en grandes "factorías" de información: el futuro es freelance. Y es importante que los freelancers, vengan de donde vengan, respeten la ética periodística y tengan apoyos. Necesitamos sindicatos, asociaciones, colegios, organizaciones que les representen.

¿Y cómo cree que debería ser la formación de los futuros periodistas?

La ética tiene que ganar peso en la agenda formativa. La producción, las técnicas periodísticas, cómo usar una cámara, etc.: todo eso es muy importante, pero la protección de los contenidos es absolutamente esencial. Y, en segundo lugar, tenemos que crear una nueva alianza entre la comunidad periodística y la comunidad académica, porque son dos importantes pilares de la libertad de expresión. En muchas partes del mundo los periodistas y los académicos están bajo presión. Estos días, en Turquía, periodistas y profesores están siendo detenidos; han sido apartados por expresar disensiones [con el gobierno de Recep Tayyip Erdo?an]. Por tanto, hay que crear una alianza entre la comunidad académica y la comunidad periodística.