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"La UAB me ha permitido tener una vida diferente a la que los inmigrantes están predestinados"

AbdoulayeFall
Tiene 46 años, licenciado en Filología Inglesa en la Universidad de Dakar (Senegal), de donde llegó hace 18 años. Apenas acaba de doctorarse en la UAB. Se siente muy agradecido a la Autònoma por una beca que le concedió la FAS que le cambió la vida: pudo hacer un máster que le abrió muchas puertas. La progresión de este Alumni UAB es digna de admiración.

08/11/2017

"Los inmigrantes senegaleses me explican que si retornan a su país les espera una muerte social; prefieren vivir aquí, aunque sea mal, que volver al Senegal sin nada y morir socialmente".

Abdoulaye Fall entró como beneficiario en 2006 en el programa de ACAF -asociación sin ánimo de lucro de Barcelona que asiste a personas con dificultades económicas; en 2009 pasó a ser voluntario; en 2014 comenzó a trabajar allí a tiempo completo; y hoy en día es el director de programa y, además, en representación de la asociación, es el vicepresidente de la Red Europea para la Inclusión Financiera (en inglés, EFIN). El hecho de haber cursado un curso de catalán hasta obtener el nivel C, en el Servei de Normalització Lingüística, dice que fue determinante.

-Por favor, ¿puedes hacerme la entrevista en catalán? Es que es el idioma que más domino...

-Y tanto, ningún problema. Por supuesto. Empezamos: enviaste un mensaje muy bonito de agradecimiento a la UAB después de obtener tu tesis doctoral. ¿Por qué?
-Lo envié como forma más sincera y directa de manifestar un sentimiento que tengo, porque la UAB me ha permitido tener una trayectoria de vida diferente a la que la mayoría de inmigrantes subsaharianos están predestinados. La mayoría trabajan en la economía sumergida, hacen trabajos peligrosos y muy mal pagados, muy por debajo de su calificación, al contrario que yo. La Fundación Autónoma Solidaria (FAS) de la UAB, con la beca que me concedió, me dio una segunda oportunidad.

-¿Cómo accediste a la beca de la FAS?

-Hace 11 años, en 2006, me llegó la información de que la FAS tenía un programa de becas para inmigrantes extracomunitarios que te permitía acceder a un postgrado de la UAB de forma gratuita. Tenías que tener una carrera -yo soy licenciado en Filología Inglesa en Dakar- y el título convalidado. La convalidación ya la tenía hecha porque sólo llegar me dediqué a hacer este trámite, y lo conseguí después de 2 años de gestiones. Ya llevaba 7 años en España, cuando me aceptaron en el máster. Estaba trabajando en un restaurante como camarero. Cuando me salió la beca negocié en el trabajo para que me pudieran adaptar los horarios de camarero los del posgrado.

-¿Por qué crees que te concedieron la beca?
-La clave fue el idioma. Pedían un nivel alto de catalán o de castellano, y mi suerte es que cuando llegué enseguida me puse a hacer el curso de catalán, y después de dos años de estudiar, obtuve el nivel C. Pensé que era importante estudiarlo. Y eso fue determinante para la concesión de la beca, porque yo dominaba el idioma.

-¿Y cuál fue tu trayectoria desde aquel momento?
-La beca me sirvió para hacer el Máster de Traducción, de dos años, que la FAS me pagó. ¡Cuando terminé ya tenía las pilas puestas! Así que hice otro máster en la Universitat Pompeu Fabra, de un año, que me lo pagué yo. Empecé a investigar sobre la inmigración senegalesa, y me decidí a hacer la tesis doctoral en el Centro de Estudios Demográficos (CED-UAB). Hice una entrevista con Andreu Domingo, que lo encontró muy interesante, y me ha dirigido la tesis.

-Tenías muchas ganas de integrarte, y no parabas de buscar oportunidades...
-Sí, la verdad es que sí. Siempre he sido una persona inquieta y siempre intento aprender y hacer cosas.

-¿Crees que ha sido una cuestión de suerte o te lo has trabajado para llegar hasta donde has llegado?
-Yo creo que es una mezcla de todo. Son unas ganas personales de progresar
a la vez que he tenido suerte porque surgió esta beca. La mayoría de inmigrantes senegaleses que llegan vienen con una presión económica por parte de la familia en origen, deben trabajar y enviar dinero, y eso no les deja tiempo para formarse, para progresar. Su prioridad es enviar dinero a la familia. En mi situación personal yo también tenía que ayudar a la familia en origen, pero quizás no ejercían tanta presión como a muchos otros compañeros.

-¿Qué has investigado en tu tesis?
-He comparado las políticas de asistencia a la inmigración. Entre 2006-2008, durante el boom económico, el gobierno español creó un programa de reclutamiento en origen, que iba a buscar trabajadores a Senegal de sectores con déficit de mano de obra en España. Pero también entre el 2011-2013 había un programa del Ayuntamiento de Barcelona para fomentar el retorno, en plena crisis económica. Yo quería comparar las trayectorias de vida de los inmigrantes senegaleses según la vía de ingreso, si habían llegado por inmigración asistida o por su cuenta (por mar, en kayukos).

-¿Cuáles son las principales conclusiones?
-La inmigración senegalesa tiene una motivación económica muy importante, pero no sólo esta. Incluso he entrevistado a funcionarios que tenían buen trabajo y estabilidad a Senegal, pero veían que podían ganar en todos los terrenos mucho más si venían aquí que si se quedaban allí. Mi tesis dice que los jóvenes senegaleses que arriesgan la vida y vienen por mar ya saben del riesgo. Lo que ellos hacen liga con el concepto neoliberal de la teoría del riesgo que dice que el riesgo en lugar de evitarlo, se debe afrontar si quieres progresar o ganar. Ellos consideran que su vida en Senegal no vale nada, y que si quieren convertirse en alguien en la vida, tienen que arriesgar. Lo saben y lo asumen. Otro tema que he analizado es el del retorno.

-¿El regreso al país de origen?
-Sí. Los incentivos que les dieron para que volvieran a su país de origen no se adecuaban a las expectativas. Les regalaban un billete de avión y basta. Y no se daban cuenta que venían como fruto de una inversión familiar. Estos jóvenes, por muy mal que les vayan las cosas aquí, no pueden volver a su país con las manos vacías. Los inmigrantes senegaleses me cuentan que si vuelven les espera una muerte social y que prefieren vivir aquí, aunque sea mal, que volver allí sin nada y morir socialmente. Todos estos programas de retorno de inmigración no tienen en cuenta esto.

-¿Hay alguna solución para esta situación de los inmigrantes senegaleses?
-Es complejo todo. Primero tenemos que mirar quien viene a España. Son jóvenes con poca cualificación y pocos recursos. Y esto hace que se encuentren con un techo de cristal. No tienen herramientas para poder progresar, ni idioma ni formación. La solución habría que buscarla en el país de origen para que la inmigración no sea la única salida posible. Que allí todo el mundo te diga que quiere emigrar quiere decir que algo no va bien.

-¿Dónde trabajas ahora?
-Trabajo en la Asociación ACAF, asociación sin ánimo de lucro que ayuda a la gente sin recursos a autofinanciarse. Hemos adaptado un modelo de ahorro popular de algunos países para que se pueda aplicar al contexto europeo. Fomentamos la inclusión financiera de la gente con pocos recursos y gente pobre, incidiendo en la ayuda mutua, solidaridad y ahorro. Es un proyecto que se inició en 2004 en Barcelona y ahora está a 7 países más. Hace dos semanas estuve en Turquía porque nos han financiado para llevar esta metodología a los refugiados sirios de allí. En octubre hemos terminado un proyecto financiado por la Obra Social la Caixa que trabaja la pobreza energética en los inmigrantes, y en noviembre empezamos un proyecto en el ámbito de la cohesión social y la interculturalidad.

-¿Qué es la inclusión financiera?
Dar más información a los pobres para que puedan gestionar mejor sus recursos, que planifiquen más su gasto, es decir, prevenir su endeudamiento. La próxima semana tenemos una conferencia en el Parlamento Europeo donde hablaremos de eso, es un trabajo donde el poder legislativo es clave.

-¿Crees que Europa lo está haciendo bien con el tema de la inmigración y los refugiados?
-Bueno, ahora al menos han hecho una declaración de definición de cuotas. Estoy de acuerdo. Creo que están definidas en función de la capacidad de absorción. Pero esto no nos debe quitar la mirada sobre el origen. Y es obligado preguntarnos cómo hemos llegado hasta aquí. ¡Los países que han impulsado estas guerras que empujan a los inmigrantes a marchar son países que luego proponen las soluciones! ¡Aquí hay un poco de hipocresía! Hay que ir al país de origen para ver por qué vienen estas personas, y si conseguimos captar esta foto, entenderemos muchas cosas del comportamiento de los inmigrantes.

-¿Tu objetivo es volver a Senegal?
-No. Yo me he adaptado y estoy bien aquí. En mis proyectos de futuro no figura el de volver. Aunque sí es cierto que ocho de cada diez senegaleses quieren volver, pero yo no. Vivo en Molins de Rei (Baix Llobregat), y estoy muy a gusto, incluso hice el pregón de la Fiesta Mayor del pueblo hace unos años.

-¿Quieres dar algún mensaje a los inmigrantes que llegan?
-A los inmigrantes, en general, les diría que hay que ser ambicioso, ser positivo y buscarse herramientas para avanzar. No vale decir "ay pobrecito, que soy inmigrante, y estoy solo", no! Lo que hace falta es ir caminando, paso a paso, sin parar, y las cosas ya vendrán.