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“Para las tesis revisionistas, los movimientos sociales no son actores históricos”

Luciana Soutelo
Los procesos que llevaron de la dictadura a la democracia en Portugal y España transcurrieron en la misma época pero fueron diferentes. La historiadora Luciana Soutelo ha realizado un estudio sobre las memorias de ambos procesos en la prensa publicada entre los años ochenta y los noventa.

26/03/2015

Luciana Soutelo, investigadora del Instituto de História Contemporânea de Lisboa y profesora de la Universidade do Porto, ha realizado un estudio comparado sobre las memorias de la Transición Española y de la Revolución Portuguesa a través de la prensa de los respectivos países. El pasado 25 de marzo, impartió el seminario "Memorias de la Revolución Portuguesa y de la Transición Española a través de la prensa: un estudio comparado (1986 a 1994/96)" en la Facultad de Filosofía y Letras. La charla fue organizada por el Grupo de Investigación Sobre la Época Franquista (GREF-CEFID) y por el Departamento de Historia Moderna y Contemporánea de la UAB.

¿Cómo se recuerda la Revolución de los Claveles en los medios de comunicación portugueses?

Mi objetivo ha sido justamente intentar comprender las variopintas versiones de la memoria que circulan en la sociedad; buscar varios puntos de vista, periódicos con orientaciones distintas y comprender las memorias de diferentes culturas políticas. Hay, desde mediados de los años noventa, un combate por la memoria en el espacio público portugués entre lo que yo llamo memorias antirrevolucionarias o revisionistas y las memorias antirrevisionistas. Principalmente, a partir del vigésimo aniversario de la revolución, cuando hubo una encendida polémica.

¿Qué pasó entonces?

En 1994, provocó una gran indignación pública el avance de los discursos revisionistas tanto sobre la dictadura como sobre la revolución. El motivo principal fue lo que las voces críticas llamaron el “blanqueamiento” del salazarismo. Hubo, a partir de aquel año, una irrupción de las memorias antirrevisionistas, que ya existían desde los años ochenta pero eran subterráneas: estaban arrinconadas en periódicos de poca difusión, como el periódico del Partido Comunista Portugués (Avante!) y en O diário, que también tenía una orientación cercana al PCP.

¿Hay similitudes entre la evolución de los medios portugueses y los españoles en el tratamiento de aquellos años?

Mi periodo de estudio va de 1986 a 1994 (en el caso de Portugal, por el 20º aniversario de la revolución) y 1996 (en el caso de España, por el 60º aniversario del inicio de la Guerra Civil). En ese periodo, en España, son hegemónicas las memorias de la reconciliación y la transición modélica, que están directamente relacionadas entre sí y unen diferentes culturas políticas, desde el centroizquierda hasta la derecha. A mediados de los noventa, empiezan a tener más calado las memorias críticas con la transición, especialmente presentes en los nacionalismos periféricos y las izquierdas.

En A memória do 25 de Avril nos anos do cavaquismo: o desenvolvimento do revisionismo histórico através da imprensa (1985-1995) (Universidade do Porto), usted explica que evolucionan en paralelo el auge del revisionismo histórico y la hegemonía del pensamiento neoliberal.

Sí, están directamente relacionados porque el revisionismo histórico puede ser definido un conjunto de reevaluaciones ético-políticas sobre diversos acontecimientos del siglo XX, especialmente experiencias autoritarias y revolucionarias. Desconsideran los contextos históricos y representan culturas políticas de derechas.

¿Exclusivamente?

En Portugal, el revisionismo histórico tiene una base muy amplia, desde el centroizquierda hasta la extrema derecha. Muchos sectores de la izquierda moderada defienden las tesis revisionistas sobre el periodo revolucionario y sobre la descolonización. Reprueban especialmente los movimientos sociales y la radicalización revolucionaria: para las tesis revisionistas, los movimientos sociales no son actores históricos. O están ausentes del relato, o se les considera manipulados por las fuerzas políticas y militares.

¿Y en España?

El caso español es un poco diferente. El surgimiento del revisionismo histórico en España como fenómeno social se produce a finales de los años noventa e inicios del siglo XXI. Las tesis revisionistas son prácticamente dominio exclusivo de las culturas políticas de derechas pero, respecto a la II república y al bando republicano en la Guerra Civil, a veces son defendidas también por culturas políticas de centroizquierda. Por ejemplo: en 1992, con motivo del centenario del nacimiento de Franco, El País publicó un editorial que estaba centrado en la crítica a la rehabilitación del franquismo pero admitía también la posibilidad de que, si el otro bando hubiera ganado la guerra, tampoco hubiéramos tenido una democracia liberal. En ese sentido, puede identificarse un paralelismo entre los temas de la II república española y del periodo revolucionario portugués como asuntos más susceptibles a las interpretaciones revisionistas.

¿Qué tiene más peso en el auge del revisionismo en la prensa, las informaciones o los artículos de opinión?

Creo que los artículos. En el caso español, es muy claro. Pero, en el periodo que estudio, en España, el revisionismo no puede ser considerado todavía como un fenómeno social. En el caso portugués, sí lo es; y, aunque hay muchos reportajes, los artículos son también más numerosos.

¿Cree que el creciente interés por la memoria histórica favorece que haya un recuerdo menos mediatizado de la revolución portuguesa y de la transición española?

Al final del siglo XX, hay una obsesión por la memoria que, en el caso portugués, explota a mediados de los noventa y, en España, un poco después. Pero no estoy segura de que ese gran interés favorezca necesariamente el conocimiento histórico porque hay un exceso de información que no siempre es históricamente fiable.

Más información: Centro de Estudios sobre Dictaduras y Democracias