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"La mayoría de supervivientes habla muy bien de los españoles en Mauthausen"

David Wingeate Pike
En las jornadas "Las escrituras del exilio republicano y los campos de concentración nazis", que coorganizó el Grupo de Estudios sobre el Exilio Literario, David W. Pike, de la American University of Paris, ofreció una charla sobre los presos españoles en Mauthausen.

15/06/2017

David Wingeate Pike, profesor emérito de historia contemporánea y política de la American University of Paris, pronunció la ponencia "A Testimonial to the Nobility of the Spaniards of Matthausen" en las jornadas sobre las escrituras del exilio republicano y los campos de concentración nazis que fueron organizadas el 7 y el 8 de junio pasados por el Grupo de Estudios sobre el Exilio Literario (GEXEL-CEFID) de la UAB y el Ayuntamiento de Barcelona. Pike, gran experto en la comunidad española en el campo de Mauthausen, es autor de una obra de referencia sobre el tema, Españoles en el holocausto. Vida y muerte de los republicanos en Mauthausen (Debolsillo). En su libro, relata la terrible experiencia y la lucha por la supervivencia de los siete mil españoles confinados en el campo, muchos de ellos veteranos de la Guerra Civil que también habían sufrido previamente el internamiento en los campos franceses. Los españoles que sobrevivieron a Mauthausen aportaron, después de la guerra, un testimonio fundamental sobre la realidad de los campos nazis.

¿Por qué los españoles fueron mayoritariamente deportados a Mauthausen?

Los nazis consideraban que lo merecían. Eran los primeros enemigos del Reich, antifascistas desde 1936, y se les quiso castigar enviándolos al peor de los campos. Había tres clases de campos y Mauthausen era del tipo más severo, el único que perteneció siempre a lo que las SS llamaban Stufe drei [categoría tres].

Parece que había muchos catalanes entre los siete mil españoles, ¿se sabe cuántos eran?

Los historiadores españoles han hecho el cálculo pero yo no creo que pueda ser exacto porque los informes alemanes no especificaban de qué parte de España eran los prisioneros. Todos estaban identificados con la letra S.

Entre ellos, había además muchos veteranos del ejército republicano y muchos militantes comunistas, ¿no es así?

Casi todos eran veteranos de la Guerra Civil. Y veteranos también del aprisionamiento en Francia. Los nazis no tenían nada peor que ofrecerles que un campo como ése, donde la muerte no estaba programa de manera instantánea. Mauthausen no era un Vernichtungslager [campo de exterminio] sino un Ausmerzungslager, que implicaba la muerte por extenuación, es decir, una muerte lenta por hambre, cansancio y maltratos. Respecto a lo ideológico, lo destacable es cómo se llevaron bien comunistas, anarquistas o republicanos burgueses, personas que eran enemigos mortales en 1937. La ideología debía ser olvidada en una situación como aquélla en la que lo importante era encontrar maneras de sobrevivir. Enterraban el pasado para trabajar juntos. Pero eso no era una particularidad de los españoles.

¿Qué hace singulares a los españoles respecto a los otros presos de Mauthausen?

La gran mayoría de supervivientes que conocieron a españoles en Mauthausen habla muy positivamente de su comportamiento. Sólo he encontrado dos referencias críticas a la conducta de los españoles. Están incluidos en mi libro pero los considero como la expresión de un resentimiento; el hecho de ser informes antisemitas a la vez que antiespañoles los descalifica, en mi opinión, como fuentes objetivas. Por otra parte, hubo el caso de César [apodo de Moisés Fernández Pascual], un español que fue Kapo [presos que desempeñaban tareas organizativas dentro del campo colaborando con las SS] y que era odiado en general, también por los españoles.

¿Influyó la presencia de veteranos del ejército republicano en la capacidad de los españoles para organizar una resistencia dentro del Konzentrationslager?

Sí, pero desafortunadamente la resistencia nunca fue tan grande o importante como algunos relatos de los supervivientes quieren hacernos creer debido a las enormes dificultades a las que se enfrentaban.

Ha hablado de un Kapo español y hubo otros que tuvieron también algunas responsabilidades en el campo.

Algunos fueron Prominenter [prisioneros elegidos para un puesto especializado]. Cuando Juan de Diego ingresó como Lagerschreiber [administrativo] en el Schreiberstube, en la oficina de administración, tuvo la capacidad de colocar españoles en la posición de Prominenter. Eso supuso para ellos la diferencia entre la vida y la muerte. Cuando los españoles llegaban, no tenían títulos para las posiciones que suponían una oportunidad de sobrevivir para los prisioneros. Hasta que De Diego tuvo la ocasión de reorganizar algunas cosas, los españoles no tuvieron nada de eso.

Hábleme del valor documental de las fotografías conservadas por Antonio García y Francesc Boix.

Son algunas de las pruebas más evidentes de los crímenes nazis. Hay una polémica acerca de quién salvó las fotos. Antonio García trabajó en el servicio fotográfico desde 1941 y Francesc Boix entró más tarde por una recomendación de Antonio a Paul Ricken [jefe del servicio fotográfico]. García salvó doscientas copias y Boix salvó dos mil negativos. Antonio confió a Boix sus doscientas copias y estuvieron ocultas en el mismo lugar que los negativos pero, cuando Antonio salió del hospital [donde fue internado después de la liberación de Mauthausen], las copias habían desaparecido, es decir, las había trasladado Boix. Antonio se puso furioso y se sintió traicionado.

¿Hicieron luego las paces?

Antonio estuvo resentido el resto de su vida. Lo conocí unos quince años antes de que muriera, desarrollamos una larga amistad, y él nunca perdonó a Boix. Formuló un juicio injusto sobre él que yo, al principio, también adopté porque no tenía motivos para pensar que Antonio no me estaba dando una información precisa. Pero me di cuenta de que no era así y me he dedicado a corregir el error en las sucesivas ediciones del libro. En la nueva, creo que está recogida la versión correcta: Antonio salvó sus fotos, Boix salvó las suyas, Boix robó las de Antonio, y luego las salvó todas. El resto es sólo una cuestión de números sobre cuáles salvó uno o el otro. Pero nunca lo sabremos porque las fotografías están mezcladas desde 1945.

Más información: Grupo de Estudios del Exilio Literario